Especial / Educación
Dos proyectos que proponen darle una nueva cara a la colonia Obrera en la ciudad, diseñados por alumnos de la Universidad de Monterrey, consiguieron llevarse el primer y tercer lugar del Gran Premio de Arquitectura Joven 2018.
Con este reconocimiento –que es convocado por la Academia Nacional de Arquitectura Capítulo Nuevo León– los estudiantes demostraron su visión y habilidad para la transformación de espacios y estructuras, además de aplicar el conocimiento aprendido en las aulas en beneficio de la comunidad.
La premiación se realizó el lunes 7 de mayo en el Museo de Historia Mexicana, con la participación de 27 equipos que entregaron un proyecto en concreto. Entre ellos destacaron los alumnos de la UDEM quienes con el proyecto “Plan BCO”, consiguieron dos de los tres reconocimientos otorgados.
Los estudiantes a cargo del profesor Rodrigo Maisterrena y que ganaron el primer premio de 25 mil pesos son, María José Barral, Dafne García Rubio, Karla Sosa Ramírez y Agustina Fernández Arrás.
Por su parte, los profesores Rafael García y Manuel Muñiz asesoraron a Rolando Grappin del Río, Luis Laffitte, Miguel Ángel Torres, Andrés Garza Navarro, Jacob Vázquez Arias y Francisco Serrano, quienes se llevaron 10 mil pesos por el tercer lugar.
El reto consistía en la creación de un proyecto que impulse a la regeneración urbana de la colonia Obrera, ubicada en el centro de la ciudad de Monterrey, por medio del cual la zona pueda ser aliviada de sus problemas sociales. Los planes ganadores son evaluados por el gobierno de Monterrey, con la posibilidad de que se realicen en un futuro.
“Estoy muy contento y orgulloso de su logro. Yo sólo fui un guía cuando tenían dudas, pero ellas al fin tomaban todas las decisiones para su proyecto. Fue un equipo que trabajo muy bien, donde se complementaban sus integrantes, y en el que siempre hubo un buen y respetuoso dialogo y debate de ideas. Un muy buen ejemplo de trabajo colaborativo”, expresó el profesor Maisterrena sobre sus alumnas.
“No esperábamos ganar algún lugar, pero al final sí nos esforzamos mucho y todos trabajamos muy duro para poder lograrlo. Creo que es algo que tenemos merecido. Nos llamó la atención porque juntaba varios ámbitos, además de que trataba también la resolución de una problemática social a través de la arquitectura”, opinó Rolando.
“Nosotros como arquitectos tenemos que interesarnos por los problemas de la ciudad, sobre todo una como Monterrey. Este proyecto nos motiva a hacer una vida más peatonal, algo que nos falta muchísimo, pues que aquí la vía está centrada mucho en el uso del automóvil y no del peatón. Es algo que nosotros, como futuros arquitectos, tenemos que ir haciendo conciencia en la gente y qué mejor que con estos proyectos para empezar a poner nuestro granito de arena”, finalizó Andrés.