Editorial /
Como si la persecución en contra de los mexicanos, aún más allá de la frontera que divide Estados Unidos de México, fuera el as que le dará un nuevo período en la presidencia a Donald Trump, el magnate amenaza casi todos los días a quienes osen acercarse a su país o a cualquiera que señale como invasor, incluso en lo que respecta a crecimiento económico o tecnológico, como lo hace con China.
Mientras el presidente de Estados Unidos es repudiado en cada país al que va, como en su reciente visita de Estado al Reino Unido, miles salieron a las calles a recordarle que no es bienvenido por sus políticas “divisorias”, su “fanatismo” y su “estrechez de miras”, críticas que se leen en los medios informativos, en su país cabe la posibilidad de que repita otros cuatro años como primer mandatario.
El tema de aumentar aranceles a productos provenientes de México y cerrar la frontera no son más que la propaganda que ya se hace el presidente estadunidense con miras a reelegirse en 2020. Hace un par de días, en otro arranque de odio, aseguró que subirá cinco por ciento los aranceles a los productos que llegan desde México a partir del 10 de junio, el costo no sólo es para las empresas, afectaría sobre todo al consumidor del país norteamericano, afirman los expertos. Una de las primeras consecuencias que tuvo el anuncio de Trump para la economía mexicana fue que el peso perdió terreno frente al dólar y se vendió en más de 20 pesos.
Los dichos del magnate siguen siendo atractivos para quienes votaron por él hace dos años, hasta ahora ni el “Rusiagate” ha logrado que la fama de Trump disminuya. La Encuesta Gallup muestra que tiene el respaldo del 45 por ciento de sus votantes, a estas alturas, Barack Obama tenía el 44 por ciento, Bill Clinton el 48 por ciento, y Ronald Reagan el 38 por ciento, y fueron reelegidos.
El Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados hizo un análisis sobre la migración, luego de que en días pasados Donald Trump amenazó con cerrar la frontera además de imponer aranceles a los autos fabricados en México y al tomate si nuestro gobierno no impide el desplazamiento de migrantes provenientes de Centroamérica hacia Estados Unidos y a finales de la semana pasada repitió su advertencia.
El gobierno mexicano enfrenta la disyuntiva de atender a miles de migrantes varados en el estado de Chiapas en su frontera sur, y en su frontera norte lidia con los migrantes que cruzaron el país en caravanas, así como con los migrantes que esperan la obtención de asilo por parte del gobierno de Estados Unidos.
Estudios en la materia coinciden en que los principales problemas en el tema de seguridad fronteriza solamente podrán abordarse a través de la cooperación de los países involucrados y el diseño de verdaderas políticas de desarrollo humano, se lee en análisis citado. México, como atinadamente lo expresa Alejandro Solalinde, “ha quedado en medio de la tragedia centroamericana y del anunciado muro de Trump y su irracional política migratoria. México parece ser el país más afectado de todos”.
En Estados Unidos, incluso los republicanos se oponen a estas políticas y analizan la posibilidad de impedir que suba los aranceles a México porque están al tanto de que se obstaculizará el comercio e incrementarán los costos de productos de los que la sociedad estadunidense ya depende y el costo será hasta de 1410 millones de dólares para ambos países, según expertos, y además, como precisó la secretaria de Economía en México, Graciela Márquez Colín, los efectos negativos llegarían a todos los estados de la Unión Americana e impactarían a las cadenas de valor binacionales, a los consumidores y a los puestos de trabajo que se generan a partir del comercio con México.
En lo que tiene que ver con el sector agropecuario, el titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Social, Víctor Manuel Villalobos Arámbula, informó que el costo sería de 3.8 millones de dólares diarios para los dos países. En cuanto a pérdidas diarias para nuestro país, expertos aseguran que podrían ser de casi un millón 300 mil dólares, es decir, más de mil 300 millones de dólares al año; pero si el impuesto llega a 25 por ciento, la cifra alcanzaría a 6 mil 600 millones de dólares anuales, por ello recomiendan asumir una posición clara y firme, como en el caso del acero y aluminio, cuando se impuso aranceles a productos que a ellos les afectaban más.
Por su parte, Eduardo Orihuela Estefan, presidente de la Confederación Nacional de Productores Rurales, consideró que ahora será necesario continuar trabajando para que las autoridades mexicanas echen abajo el arancel del 17.5 por ciento que se le impuso al jitomate pues eso genera millonarias pérdidas para los productores de este fruto.
“Precisó que, desde 1994 cuando entró en vigor el TLCAN, el sector primario alcanzó niveles comerciales altos con varios ‘productos – estrella’. Y mencionó algunos: la cerveza, con más de 4 mil 200 millones de dólares; el tequila y mezcal, con más de mil 700 millones de dólares; los aguacates, con 2 mil 400 millones de dólares; los jitomates, con 2 mil millones de dólares”.
Es hora de que México mire hacia otro lado, tiene 12 Tratados de Libre Comercio con 46 países. El presidente Donald Trump pretende frenar la ayuda a Centroamérica, su gobierno notificó al Congreso el 29 de marzo que tiene la intención de reprogramar 450 millones de ayuda para Guatemala, Honduras y El Salvador. Va en contra de la razón, pues como dicen, la mejor manera de frenar este problema es atacar las causas que lo generan.
Por: Abigail A. Correa Cisneros / El Portal de Monterrey