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Más allá de que en los últimos años, en Nuevo León, se han incrementado los problemas de alergias, conjuntivitis, asma o hipertensión, asociados a la mala calidad del aire, además de que los padecimientos se prolongan más y son más frecuentes, el fenómeno ambiental está también relacionado con el aumento de muertes prematuras.
Preocupada por los posibles impactos de la mala calidad del aire en la salud del estudiantado, la Universidad de Monterrey se convirtió en la primera institución de educación superior en el país que implementó en sus campus una red propia de monitoreo ambiental.
La UDEM puso en marcha siete monitores móviles que miden la presencia en el aire de partículas menores a 2.5 micrómetros o micras (PM 2.5), cuya dimensión es equivalente a la centésima parte del grosor de un cabello y que pueden introducirse hasta el torrente sanguíneo y los órganos blanco.
A diferencia de los dispositivos que miden la calidad del aire en Imecas, que interpretan los datos con un retraso de 24 horas, estos sensores proporcionan información en tiempo real, lo que permite poner en marcha protocolos de contingencia ambiental de forma inmediata.
De esta manera, la UDEM se suma a una red ambiental internacional, que puede consultarse en tiempo real en el sitio web de Purple Air, una compañía californiana, que tan solo en el área metropolitana de Monterrey suma 54 monitores.
Los dispositivos fueron colocados en el campus profesional y en las cuatro unidades de preparatorias: Unidad San Pedro, Unidad Fundadores, Unidad Valle Alto y Unidad Obispado, así como en las dos unidades de Preparatorias Politécnicas Santa Catarina.
Hortencia Ruiz Velasco, directora del Centro de Sostenibilidad de la UDEM, mencionó que, recientemente, el área metropolitana de Monterrey tuvo dos semanas de contingencia ambiental, aunque la gente no se entera y continúa haciendo ejercicio o sus actividades normales, sin tener en cuenta que su tiempo de vida disminuye.
“Lo más importante de esto es comunicar en tiempo real el riesgo que estás corriendo si haces ejercicio, si sales a exteriores”, enfatizó.
La activista universitaria destacó que, mientras que en los Estados Unidos el estándar para declarar una contingencia ambiental es de 35 microgramos por metro cúbico, en México es de 45, y en ciudades como Monterrey, “si estamos a 45 o 55 no se hace nada; no hay una alerta, como en la Ciudad de México”.
Ruiz Velasco señaló que estas mediciones y la colaboración entre la UDEM y el Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire del Área Metropolitana de Monterrey “ayudará a presionar a las autoridades a que se tomen acciones”.
“No podemos seguir exponiendo a la comunidad a una muerte prematura o a una enfermedad; a los niños, que, al ir creciendo, acumularán más contaminantes en sus órganos vitales”, manifestó.
La directiva indicó que el 50 % de la responsabilidad del problema es de la ciudadanía porque debe estar informada y tomando las medidas necesarias, aunque “las acciones grandes” deben ser instrumentadas por las autoridades, como mejorar el transporte, incrementar las líneas del metro y reubicar algunas industrias, “que tienen que caer en la conciencia del daño de salud que están provocando”.
Entre las iniciativas que puede implementar la población, dijo Ruiz Velasco, están las de movilidad de auto compartido, el uso del transporte colectivo, la bicicleta o el caminar en determinados trayectos.
Por su parte, Maureen Villanueva Lecuona, coordinadora de Iniciativa Xignux-UDEM, informó que los dispositivos se compraron gracias a un donativo de la Fundación Xignux que se recibe anualmente, además de que se contempla adquirir durante el verano dos monitores más: uno para Residencias y otro para las áreas deportivas del campus UDEM.
Redacción / El Portal de Monterrey