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En busca de unificar a la península a través de una lengua nueva y ecléctica, Dante Alighieri, llamado el “padre de la lengua italiana”, escribió los versos de su Commedia en el lenguaje de su ciudad, porque más que toscano, utilizó el florentino.
Es así que el poeta se basó en el “vulgar ilustre”, la lengua vulgar de Firenze (Florencia), pero la que hablaba la clase alta, y convirtió una lengua regional en una nacional, de acuerdo con José Blanco Jiménez, dantólogo y profesor de la Universidad de Santiago de Chile.
En su conferencia virtual Dante: La lengua nacional y la lengua del sueño, en el marco de la Feria Internacional UDEM, señaló que el escritor florentino fue un defensor de la unidad italiana desde el bando de los gibelinos, partidarios de los emperadores, lo que después le costaría ser desterrado de su ciudad natal.
“Dante también tenía la idea de querer unificar la península, pero no a través de una política güelfa, no necesariamente dependiendo del Papa, porque apoyaba la presencia del emperador”, explicó.
Blanco Jiménez ofreció su charla el fin de semana pasado, transmitido desde la Ciudad de México, organizada también como parte de la Semana de la Lengua Italiana, en conjunto con el Instituto Italiano de Cultura de la Ciudad de México y el Instituto Italiano de Cultura de Guatemala, en el 700 aniversario luctuoso del poeta.
Quien es miembro destacado de la Società Dantesca Italiana recordó que, en la época de Dante (fines del siglo XIII y principios del XIV), la península no estaba unificada y se hablaban diferentes lenguas, pero parte de la región de los futuros italianos quería una nación unida.
“La península italiana era regida teóricamente por el emperador; en la práctica, en cambio, estaba manejada, en parte, por el Papa, en parte, por el emperador y, en parte, por otras fuerzas que poco a poco se habían ido formando”, detalló.
Sin embargo, pasarían muchos años para lograr esa ansiada unidad italiana, que ni siquiera se alcanzaría después de la Primera Guerra Mundial, sino con el Tratado de Osimo (firmado en 1975), según Blanco Jiménez.
“Italia es una realidad geopolítica realmente joven; además, el reino de Italia ya no existe, ahora existe una República italiana, cambió también la forma de gobierno”, indicó.
El llamado “poeta supremo” escribió las diferentes partes de la Commedia en el transcurso de varios años, mientras redactó otras obras, como Il convivio, una gran enciclopedia para hacer comprensible la filosofía, al estilo de un Banquete platónico, pero sin diálogos.
Esa obra fue un proyecto muy amplio, en donde Dante expuso sus ideas sobre las ciencias, la literatura y la lingüística, pero que no pudo terminar, porque, en opinión de Blanco Jiménez, la Commedia que él había empezado terminó por ser la obra que lo comprometió de manera directa y casi exclusiva.
El florentino escribiría en varias otras ciudades, entre ellas, Bologna (Boloña), y es casi seguro, según el conferencista, que ahí empezó a escribir De vulgari eloquentia, que trata de este “vulgar ilustre” y de cómo es una lengua válida para escribir temas científicos y también para escribir poesía.
“La lengua que Dante utiliza es la lengua de su ciudad, la lengua vulgar, y Dante hablará del ‘vulgar ilustre’ en el sentido de que es el vulgar hablado por la gente acomodada, no necesariamente por el campesino ni tampoco por el grupo social de extracción más baja de la ciudad”, precisó.
Se sabe que el autor de la Commedia tenía un buen dominio del latín, pero decidió escribir su obra en florentino, lo que dio nacimiento a una lengua nacional, no porque haya entregado un cánon escrito y preciso, “al contrario, él no está de acuerdo con que exista una gramática, ya que considera que viene a ser un producto artificial, creado después, obligando a respetar determinadas reglas”.
Parte de la decisión del poeta está plasmada en Il convivio y también en De vulgari eloquentia, de acuerdo con Blanco Jiménez, donde Dante explicó que no se puede traducir una obra poética, porque, al traducirla, cambia el sentido de las palabras o de lo que se quiere transmitir.
“Como sus poesías doctrinales están escritas en ‘vulgar ilustre’, tiene que comentarlas en ‘vulgar ilustre’: no es conveniente en latín”, expuso.
Dante nunca volvió a Firenze; murió en el exilio la noche de entre el 13 y el 14 de septiembre de 1321, hace 700 años.
Redacción / El Portal de Monterrey