Editorial |
Once Varas | Por: Obed Campos
Por varias razones que he observado durante el proceso y otros datos, como dijo aquel, he llegado a la conclusión de que a Genaro García Luna lo van a tratar muy blandito, por no decir, como lo haría mi mamá, “en trapos calientes” a la hora de que le caiga su sentencia en el tribunal de Nueva York.
Contactos míos del más alto nivel de los dos lados de la frontera me observan: que si el juicio continúa al paso de un proceso normal, mínimo exhiben a Bush, Obama y los Clinton, tanto a Bill como a Hillary, mínimo como ingenuos que fueron engañados por el siniestro exjefe de la seguridad en México.
Mi opinión personal de García Luna es, que de comprobársele todas las acusaciones en su contra, acá en México había de ser juzgado también como el mayor traidor a la patria de la historia, muy por encima de Santana, porque por su culpa cientos de miles y si no millones de jóvenes mexicanos cayeron en la drogadicción.
Y por sus cochinos manejos se le entregó el poder a las sabandijas que ahora son dueños de vidas y haciendas disfrazados de delincuentes organizados en gran parte del territorio nacional.
Pero (afortunadamente) el juicio contra el otrora todo poderoso García Luna ha ido destapando cloacas de donde se ha podido observar que están repletas de estiércol internacional, tanto gringo como la de la basura del mandato de Felipe Calderón y todo su inmundo gabinete.
Es que si algo tiene uno que aprender es a quitarse la ingenuidad y las vendas de los ojos: García Luna no engañó a Felipe Calderón, porque Calderón era el presidente y en todo caso ambos son cómplices y la complicidad une más que una amistad.
Mis contactos en Nueva York me advierten que la decisión de acortar el juicio no es gratuita y que trae un trasfondo muy profundo con la intención de exhibir a los poderes gringos del más alto nivel… estirar la cuerda hasta donde aguante.
Y es que de continuar con las revelaciones públicas urbi et orbi, tanto la DEA como la CIA quedarían expuestas más que como cómplices de la delincuencia organizada al más alto nivel, como idiotas a su servicio.
Mi opinión personal es que los mexicanos (léase Calderón y García Luna) lograron chamaquear a las agencias de seguridad más poderosas de la Tierra. Es decir, se los jodieron por ciegos, ambiciosos y pendejos.
Al menos las altas esferas de ambas agencias fueron digámoslo tenuemente muy “ingenuos” pero quienes operaron de este lado del Bravo, con el gobierno de Felipe Calderón aquí, esos sí lo hicieron en un papel de complicidad con la delincuencia.
Creo que si García Luna y Calderón libran la cárcel, pronto sabremos que están enfermos o de cáncer o de alguna enfermedad terminal.
Porque los gringos no se van a quedar con los brazos cruzados tras los piquetes de ojos, aunque allá también se cuecen las habas, pero el engaño y la traición la cobran de una manera muy contundente y eso solo se paga con la vida y con la ruina.
MI DIAGNÓSTICO
Genaro García Luna será condenado por uno de los cargos menores de los 4 de los que se le acusan, por narco y como consecuencia de ese delito de perjurio al declarar en falso ante autoridades migratorias de Estados Unidos.
Le “obsequiarán” una condena no mayor de 15 años en una “cómoda” cárcel de seguridad media de la cual podrá salir por buen comportamiento y convertirse en “testigo protegido”.
REPERCUSIONES EN MÉXICO
Las repercusiones por este proceso de este infausto lado sur del Bravo serán muchas, de entrada le salvarán el pellejo a los medios de comunicación que han salido implicados y eso los fortalecerá y legitimaría.
Pero los opositores políticos de México involucrados y beneficiados de las fortunas sucias, quedarán impunes y vivos pero no así fortalecidos.
Creo que los gringos le van a entregar al gobierno mexicano los expedientes de toda esa bola de traidores a la patria, (y traidores a la humanidad también) con el compromiso de que desde aquí se inicien los procedimientos legales para encarcelar al menos a García Luna y a Calderón.
Pero ya sabe usted que acá, en nuestro sistema judicial también hace aire y está impregnado por los grupos políticos más cochinos y los intereses más tenebrosos, así que ambos personajes tendrán la oportunidad de librar cualquier adversidad judicial en su contra.
No por nada dice el refrán muy mexicano: “Con dinero baila el perro”.
“Whit the money dancing the dog…”
Recalcó el Piporro.
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