Editorial |
Once Varas | Por: Obed Campos
Debo confesar que el maestro Chava Portillo, que es una reata de lechuguilla y por las dos puntas laza, fue quien me inspiró con su texto “Uno como quiera… los niños…” a encabezar mi opinión de hoy recordando también una expresión de mi natal Allende que se usa ante una situación difícil de enfrentar: “Deja tú… las creaturas son las que sufren. ¿Uno qué?” Entiéndase por “creaturas” a los infantes, que así les decimos, “creaturas” a los chilpayates en la bella Región Citrícola.
Si me hizo el favor de leerme usted ayer, se debe de haber quedado con mi promesa de extender el tema de la educación, las escuelas y la violencia en las mismas, que fue diseccionado por profesores los cuales me hicieron llegar una septena de ideas, intitulada, “Maestros en defensa de la dignidad docente”.
A sabiendas de la monserga que es y ha sido siempre la política educativa en México, más manejada como una mafia sindical, aquí reproduzco con más pena que gloria estos siete puntos, en torno a la violencia en las escuelas de primaria y secundaria en el país.
Vaya, los jardines de niños se salvan de la violencia, porque los párvulos no tienen las fuerzas (por fortuna) para matarse entre ellos:
1.- No se dice que la autoridad no tiene mando porque no existe un Reglamento General Nacional por parte de la SEP en materia de disciplina aplicable a las escuelas. Por el contrario, las escuelas reciben comunicados donde los maestros no les pueden prohibir nada a los alumnos, y alumnas, por ejemplo uniformes, cortes de cabello, tatuajes, perforaciones. Los profesores son un cero a la izquierda en cuanto a la autoridad porque desde ahora y punto que no pueden limitar ni siquiera el vocabulario de los alumnos y alumnas. No existe disciplina alguna porque para comenzar los alumnos y alumnas pueden entrar a la hora que lleguen porque nadie les puede negar la entrada, y no pueden revisar sus mochilas ya que para un operativo de inspección a mochilas se requiere de un trámite burocrático que pocos están dispuestos a hacer.
2.- Tras la tragedia, (escuela secundaria 518 anexa a la Normal de Teotihuacán) nadie comenta que no hay reglas en las escuelas, y ahora se llama Acuerdo de Convivencia Escolar, que no es un reglamento propiamente porque se le quitó ese carácter reglamentario y ha pasado a ser opcional. ¿Qué autoridad tiene la escuela? ¿Quién le quitó ese poder a la formante escuela? ¿La misma autoridad? ¿Los mismos padres de familia? ¿Los que exigen que haya orden, control y disciplina? La disciplina está ausente en la escuela porque no existe en los hogares, y la escuela debe resolver lo que no puede (ni quiere) resolver el Estado.
3.- Nadie dice que directores y docentes, la única arma que tienen es la prevención, y la ayuda de muchos padres quienes sí ponen orden y atención a sus hijos, pero también hay muchos (padres) que están dejando de hacer su función.
4. No se dice que, bajando las aguas del escándalo informativo, en unos días se habrá borrado todo este sentir de la población y las escuelas seguirán tan desprotegidas, tan sin ley, y no porque no se quiera, o ¿Creen que los maestros de la escuela donde sucedió la tragedia querían que corriera la sangre? ¿Ellos lo provocaron? La respuesta es no, sin riesgo a equivocarse, lo que más desean la mayoría de los que componen las escuelas, esto es, los padres de familia, alumnos y docentes, es que haya paz y trabajo, pero a la escuela no todos vienen a eso, y para esos no hay ley, y si no hay ley, ¿qué autoridad puede imperar? Eso no se dice.
5. No sé dice que mientras los legisladores no pongan reglas claras extensas a familias y a alumnos, que la autoridad escolar haga cumplir seguirá siendo lo que hoy es. Es decir, las escuelas serán tierra de nadie. Territorios sin ley.
6. Nadie ve que los maestros estamos ávidos de que haya regulación y se nos dote de instrumentos de control más rígidos de disciplina en la escuela respaldados por la ley. Que evite que los mismos maestros ante hechos como estos sigan siendo señalados de culpables.
7. Que se contraten el personal necesario y justo: maestros, psicólogos, y trabajadores sociales necesarios, sin excusas presupuestales… Porque eso sí, tenemos muchos maestros pobres y funcionarios de las Secretarías de Educación chonchos, chonchos de billetes.
Y firma el manifiesto: “Maestros en defensa de la dignidad docente”.
¿Y a poco no son las creaturas las que sufren?
@obedc
Las expresiones e imágenes vertidas en esta columna de opinión, son responsabilidad únicamente de su autor y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Portal de Monterrey