Editorial |
Once Varas | Por: Obed Campos
El gallo tapado de López Obrador en estas tierras del norte, es un sampetrino por adopción, quien, por suerte como sacarse la Lotería Nacional o la Casa del Tec, se convirtió en alcalde de Monterrey… Y lo de gallo tapado se le dice así no por comer tunas y extreñirse, sino porque se supone que el manto de la discreción cuasi invisibilidad le cubre su “santo” rostro.
No me lea mal por favor, no he dicho que Luis Donaldo Colosio Riojas ya sea el ungido de Movimiento Ciudadano para hacerle la charada a Morena y quitarle votos a la alianza opositora. No.
Aunque hay que reconocer que discreto, discreto, lo que se dice discreto, Luis Donaldo no lo es, sino más bien es fanfarrón.
Pero para el baile vamos, y faltan muy pocos días para que el misterio se devele.
Entre tanto, el que deshoja la margarita no es Luis, sino Andrés Manuel, quien ve en el joven alcalde de Monterrey una ficha magnífica, que no una corcholata, para el juego perverso que el encabeza a nivel nacional y que muchos, opositores, detractores, adversarios, aliados y amigos, todos, encantados le ayudan a armar la charada.
Donaldo se deja querer y sale de los reflectores a la primer oportunidad.
Víctima de una seducción ramplona de parte del poder central, a Donaldo le gana la soberbia que esta situación sin precedente en la vida política de México, le alimenta como una garrapata pegada al cuero cabelludo.
Se siente, como en alguna canción de Javier Solís o Jorge Negrete, el más querido. El muchacho bueno de las películas de blanco y negro.
¿Pero en qué van a acabar las misas?
Más temprano que tarde lo sabremos. No coma ansias y mejor agarre usted asiento, lugar y tabla.
¿HAY MAL CLIMA? ¿O MAL TIEMPO?
“¿Hay mal clima? ¿O mal tiempo?”, pregunta el buen amigo Pancho Quintanilla Ruiz en un texto en el que abunda:
“Quienes dan el “Pronóstico del Tiempo” cometen una soberana estupidez, ya que “el tiempo” no se puede pronosticar, a menos que se diga: “es la una de la tarde, y dentro de dos horas SERÁN LAS TRES”, ¡TaaaaaDáaa!”
“Solo las condiciones climáticas se pueden aproximar con ayuda de los instrumentos de apoyo, como los satélites” dice Quintanilla.
Y remata su texto: “Por lo tanto, no hay “mal tiempo” ni “buen tiempo”, ¿estamos…?
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