Editorial |
Once Varas | Por: Obed Campos
En esta entrega me iba a ocupar de platicarle más acerca de la aberración en que un grupúsculo de mercachifles ha convertido al municipio de García, Nuevo León, en coto y pozo del agua bendita de ese mismo grupo, pero no. Hay algo más urgente de qué hablar.
Eso sí, me equivoqué y puse ayer que Luis Guevara, es candidato del Partido Verde a una diputación, cuando en realidad es candidato de esa misma organización bandidesca a suceder a su hermano, el chafirete Carlos en la alcaldía del atribulado municipio.
Eso sí, a ese grupo le vale una pura y dos con sal que la mayor parte de las familias que han comprado minicasitas en las múltiples colonias que han surgido en los últimos años, sufran el hacinamiento, la falta de agua y la contaminación más alta del área metropolitana.
Pero ya hablaremos de eso.
Es más importante hacerle notar a usted que a casi 10 días de las elecciones otra jauría, pero de coyotes electorales están contando sus nuevas fortunas en dólares casi todas.
La mayoría de estos “afortunados empresarios electoreros” y “preclaros consultores políticos” no son más que gitanos falsos que “leen la fortuna” y prometen “quitar la sal”
De la noche a la mañana, y sin saber la o por lo redondo se dicen dioses de la estadística y la matemática, para vender sus encuestas a modo, que luego vuelven a vender y a vender… porque les encanta cantar que son oráculos aunque más bien se les acomoda que el mote les queda con la misma palabra, pero sin las primeras tres letras “ora”.
Ah, y de nada sirve advertirles a sus posibles “clientes-víctimas”, porque como diría mi santa madre a la mayoría les gusta que les endulcen las orejas o lo que es lo mismo: les encanta la mantequilla a puñados.
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