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La fascinación por el arte prehispánico y por el mundo animal, el colorido intenso y el barroco mexicano, en la línea del arte de la Escuela de Oaxaca, es el espíritu que permea en la exposición Rodolfo Nieto. Presencias inesperadas, en la Universidad de Monterrey.
En el marco del 55 aniversario de la UDEM, fue inaugurada la muestra formada por 33 piezas, entre óleos y obra gráfica, pertenecientes a la Colección Diego Sada, Colección Alfa, Colección de Mauricio Fernández y otras colecciones particulares, la tarde del martes, en las galerías 1 y 2 del Centro Roberto Garza Sada de Arte, Arquitectura y Diseño.
El corte del listón fue hecho por Álvaro Fernández Garza, presidente del Consejo de la UDEM; el rector Mario Páez González; Alejandra Fernández Garza, presidenta del Consejo Consultivo del Centro Roberto Garza Sada; y Carlos García González, vicerrector Académico.
En la ceremonia inaugural, también estuvieron presentes Mauricio Fernández Garza, Lilia García, vicerrectora de Ciencias de la Salud; Nery Gracia Ledesma, vicerrectora de Comunicación y Mercadotecnia; consejeros de la UDEM, decanos de Escuelas y Facultades y directivos de programas académicos; Alessandra Perlatti, directora del CRGS; Elisa Téllez, directora del Centro de las Artes; así como profesores y estudiantes de diversas carreras.
El vicerrector García González afirmó que la obra de Rodolfo Nieto, con su rica temática, técnica y expresividad, constituye un recurso importante para el diálogo y la reflexión, y también para conectar con los contenidos académicos de la UDEM y, en particular, con la Colección Prehispánica Alberto Fernández Ruiloba, que se exhibe en el Nivel B del edificio Estoa, en la UDEM, arte que fue una referencia clara en la producción artística de Nieto.
“En las obras de esta muestra organizada por el Centro de las Artes, encontraremos un universo habitado por criaturas y personajes coloridos e ilusorios, donde se encuentran múltiples dualidades: lo hermoso y lo grotesco, lo luminoso y lo oscuro, lo calmado y lo violento”, mencionó.
El vicerrector destacó que Nieto desarrolló una producción artística con una identidad estética propia que desafió las normas establecidas; su trabajo se nutrió de una amplia gama de influencias, como la literatura, la música, el entorno rural y urbano, además de su profundo respeto por la tradición precolombina.
Por su parte, Téllez señaló que esta exposición de Rodolfo Nieto es un homenaje a la imaginación y una invitación para que las y los jóvenes, y toda la comunidad, no se conformen con la superficie de las cosas, sino que busquen el significado más profundo y se atrevan a “soñar en grande”.
“(El pintor oaxaqueño) deseaba que sus obras no fueran ‘costras muertas que se quedan en la superficie’, sino que evocaran una vibración de vida en el espectador, invitándolo a sentir”, indicó.
La directiva comentó que Nieto estaba convencido de crear una pintura antagónica, llena de tensiones, para generar una vibración intensa en el espectador.
Agregó que también se busca que las y los alumnos, y las y los espectadores en general, perciban en la producción de Nieto esas referencias al arte prehispánico, en la cual encontró ideas y estímulos, por lo que invitó a explorar la Colección Prehispánica en la UDEM.
En su plática de introducción a la obra de Rodolfo Nieto, Rodrigo Ledesma, profesor de la Facultad de Educación y Humanidades, se refirió a la llamada Escuela de Oaxaca por el escritor Andrés Henestrosa, que reúne a cuatro maestros de la pintura: Rufino Tamayo, Francisco Toledo, Rodolfo Morales y Rodolfo Nieto.
“Encontramos en ellos, y en este caso con Nieto, ese corte referente del arte popular mexicano, de los intensos colores de la artesanía, de las expresiones del barroco mexicano”, expuso.
Ledesma destacó que, a pesar de que Nieto fue uno de los artistas más fructíferos en el sentido de la producción y de su calidad artística de los años 60 y 70, no hay crítica de su época sobre su obra, solo hay comentarios como los de Octavio Paz o algunas publicaciones, como sus ilustraciones del Manual de zoología fantástica, de Jorge Luis Borges, y la del Bestiario, de Juan José Arreola.
“Es hasta después de su muerte cuando empieza a resurgir la información más precisa sobre la obra de Rodolfo Nieto; quiero aclarar esto porque es una gran oportunidad que sea en nuestra universidad donde podamos ver la obra de este importante artista”, apuntó.
Redacción | El Portal de Monterrey
