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El proyecto piloto denominado Río Ciudad, con miras a regenerar el río Santa Catarina y su entorno urbano como espacio de convivencia social, fue presentado en la Universidad de Monterrey, cuya primera etapa cubre una extensión de cuatro kilómetros y abarca 51 hectáreas en la zona de San Pedro.
Esta iniciativa se genera de forma paralela a la construcción de una o dos cortinas adicionales a la presa Rompepicos, ubicada en la cuenca que alimenta el flujo hídrico al Río Santa Catarina en tiempos de lluvia, lo que funcionaría como un seguro de protección para el área ya regenerada.
El plan completo del proyecto Río Ciudad, que busca recuperar e integrar el río a la vida urbana, como ha sucedido en otras ciudades en el mundo, contempla la adecuación de un área urbana de aproximadamente 700 hectáreas, desde el Cañón de la Huasteca, atravesando Santa Catarina, San Pedro, Monterrey, Guadalupe y Juárez, que incluye más de 30 kilómetros de recorrido lineal, que requieren un enfoque estratégico y normativo para garantizar su éxito.
Después del apoyo recibido por empresas de la localidad, que financiaron el diseño del proyecto y el proyecto ejecutivo realizado por la UDEM ‒específicamente, profesores y exalumnos de Arquitectura‒, esta iniciativa será presentada al municipio de San Pedro y, posteriormente, al gobierno estatal.
La presentación del proyecto se realizó al mediodía de este viernes, en la Sala Polivalente del Centro Roberto Garza Sada de Arte, Arquitectura y Diseño de la UDEM, con la participación de Carlos García González, vicerrector Académico de la UDEM; Daniela Frogheri, directora ejecutiva del proyecto y profesora del programa de Arquitectura de esta casa de estudios; Lorenzo de Rosenzweig, director ejecutivo y socio fundador de TerraHabitus; y Rafael García Cruz, profesor de ese programa académico.
Durante el evento, Lorenzo de Rosenzweig explicó que el proyecto no pretende imponer una visión específica del río Santa Catarina, sino explorar sus posibilidades de utilidad pública, adaptando el proyecto según las necesidades.
Agregó que este cuerpo hídrico ha sido transformado significativamente a lo largo de los años y ahora se busca revertir esos cambios para revitalizar el entorno urbano que lo rodea.
La colaboración entre distintos sectores es fundamental para el éxito de Río Ciudad. De Rosenzweig subrayó la importancia de la participación de la academia, representada por la UDEM, el gobierno federal y estatal, los gobiernos municipales y las organizaciones civiles. Esta sinergia busca replicar los exitosos casos de regeneración urbana documentados en otras ciudades del mundo.
Uno de los objetivos centrales del proyecto es transformar el área urbana y sus alrededores en una zona natural protegida, aunque no necesariamente con un decreto oficial. La idea es conectar los espacios verdes de Monterrey mediante un parque metropolitano que sirva como ejemplo piloto para futuras iniciativas de mayor escala.
Además de abordar el déficit de áreas verdes, el proyecto se enfoca en mitigar riesgos como inundaciones catastróficas, el agotamiento de acuíferos y la crisis hídrica recurrente.
“Tenemos que aprender a vivir con los huracanes”, comentó De Rosenzweig, enfatizando la necesidad de un manejo territorial adecuado para mejorar la resiliencia hídrica de la región.
El proyecto también busca mejorar la calidad de vida y la salud de los ciudadanos mediante la creación de un sistema metropolitano de parques bien conectados.
De Rosenzweig destacó que la UDEM, por su proximidad al río Santa Catarina, juega un papel clave en la legitimidad del proyecto, ya que su involucramiento físico y su reconocimiento en la zona metropolitana, junto con otras instituciones, fortalecen la iniciativa.
“Queremos seguir trabajando y discutiendo este proyecto con todos los que quieran participar”, afirmó.
HACIA UN REENCUENTRO CON EL RÍO
Carlos García González, vicerrector Académico, destacó la importancia de que la ciudad se reencuentre con el río y que este sirva como un espacio para la comunidad.
“Que la ciudad encuentre el río y que nosotros nos encontremos dentro del río y nos encontremos dentro de la ciudad”, subrayó.
El vicerrector elogió la calidad gráfica del proyecto, destacando que los paneles de diseño arquitectónico expuestos en la Sala Polivalente del recinto universitario ilustran una propuesta valiosa que promueve la reconexión de la ciudad con el río.
“Estos dibujos, además de estar muy bien dibujados, recogen una propuesta muy interesante y muy valiosa”, afirmó García González.
Daniela Frogheri, quien ha estado involucrada en el proyecto desde sus inicios, recordó que todo comenzó en 2018 con la colaboración del profesor Petter Rowe, catedrático de Harvard University, Roberto Pasini, exprofesor de la UDEM, y un equipo de profesores y alumnos de esta Universidad.
Esta colaboración inicial sentó las bases del proyecto y culminó en la publicación del libro Río-Ciudad-Monterrey. En 2020, el proyecto tomó mayor impulso gracias al interés de empresarios locales y una colaboración constante que ha fortalecido la iniciativa.
En la presentación del proyecto, Rafael García Cruz señaló que esta iniciativa no solo tiene como objetivo la recuperación ambiental, sino también la integración de la comunidad con su entorno natural.
El proyecto contempla la regeneración del ecosistema, abarcando la vegetación, la fauna, la hidrología y la mejora de suelos. Además, García Cruz enfatizó el uso de materiales naturales y ecológicos en la infraestructura y mobiliario del proyecto, alineados con su visión integral.
El profesor de la UDEM explicó que la elección de San Pedro como área piloto no fue al azar; y de hecho, esa zona, ubicada en el límite administrativo entre San Pedro y Monterrey, es estratégica para demostrar la funcionalidad del proyecto.
“Decidimos de acuerdo a la tendencia de los intereses y la factibilidad del proyecto que un piloto en San Pedro podría poner las bases y establecer directrices de qué es viable”, mencionó.
El catedrático advirtió que la viabilidad del proyecto depende en gran medida de la construcción de cortinas de contención adicionales en la cuenca del río.
“Una de esas cortinas ya está en proceso por parte del gobierno estatal, pero con dos más se podría contener hasta el 80 o 90 % del flujo del río”, afirmó García Cruz.
El proyecto total se ha dividido en seis tramos de entre 4 y 6 km cada uno, ya que este enfoque modular permite evaluar y ajustar el diseño en cada fase, facilitando la implementación gradual y controlada.
García Cruz destacó la necesidad de abordar la contaminación y la proliferación de especies invasivas en el río Santa Catarina y que la infraestructura y el mobiliario del proyecto se alinean con una visión ecológica y sostenible.
“El proyecto contempla la regeneración del ecosistema, incluyendo la flora, la fauna y la hidrología, así como la mejora de suelos afectados por descargas irregulares”, expuso.
“Se utilizarán materiales naturales y reciclables, como gaviones de piedra y suelos permeables, para asegurar que la construcción sea respetuosa con el medio ambiente”, comentó García Cruz.
La implementación del proyecto piloto busca no solo demostrar la viabilidad técnica del proyecto, sino también involucrar a la comunidad y generar un modelo replicable en otras áreas. “El objetivo es que este piloto sirva como ejemplo y fuente de inspiración para futuras iniciativas de regeneración urbana”, subrayó García Cruz.
Redacción | El Portal de Monterrey