Especial / Educación
Acciones como la concientización, creación de estructuras para la atención a víctimas y trabajar con el entorno de las comunidades académicas, son elementos vitales para que las universidades logren una igualdad de género en el ámbito estudiantil, expuso la socióloga Veronika Sieglin.
“Una de las primeras cosas que tenemos que hacer es tomar conciencia, porque si naturalizamos los maltratos, los abusos, las estigmatizaciones, pues ni siquiera somos capaces de ubicar la problemática”, argumentó la investigadora de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
En víspera del Día Internacional de las Mujeres, se realizó en la Explanada de Ciudad Universitaria la jornada “La UANL moviéndose por la equidad e igualdad de género”.
Las actividades coordinadas por el Cuerpo Académico Cultural, Identidades y Género, incluyeron recital de poesía, música, sketch, exposiciones de carteles sobre discriminación de género, dispositivo artístico “Construyendo nuestra posición frente a la discriminación y violencia de género”, violentómetro y tendedero sobre género.
A pesar de los avances en el incremento de la matrícula femenina en la educación superior, la catedrática de la Facultad de Trabajo Social y Desarrollo Humano subrayó que aún subsisten rezagos al interior de las estructuras universitarias que limitan a las mujeres.
Reflejo de la discriminación hacia las mujeres, agregó,destacan la mayor tasa de no ingreso a las universidades o a ciertas carreras consideradas tradicionalmente masculinas; la deserción escolar, el hostigamiento y acoso, entre otros.
“Necesitamos trabajar con el entorno; sensibilizar a las comunidades académicas en las facultades y en las preparatorias acerca de la problemática para que realmente estén conscientes de que hay cosas que están pasando, que están en contra de nuestros propios valores universitarios y en función de eso, sean vigilantes y que haya una intervención y no se deje sola a la víctima”, indicó Sieglin.
Entre los efectos que produce la violencia de género en las estudiantes están: conductas agresivas y/o antisociales e impulsividad; ansiedad y/o baja tolerancia a la frustración; problemas escolares, cambios en el estilo de vida, alteraciones en el estado de ánimo y enfermedades asociadas al estrés escolar.
Sieglin mencionó que la violencia hacia las alumnas puede manifestarse de diversas formas como lo son: burlas e insultos, recibe amenazas de todo tipo, es agredida físicamente, le es negado cualquier tipo de reconocimiento académico, es expuesta a exhibicionismo corporal sexual y violación sexual o de intento.
“El primer tipo de violencia, es una violencia que llamamos de discriminación; hay una serie de estereotipos acerca de hombres y mujeres, y en función de esos estereotipos las mujeres son hasta cierto grado relegadas”, indicó la docente de la Máxima Casa de Estudios.
La creación de instituciones o centros para atender los casos de violencia de género, serían fundamentales en las instituciones educativas para tratar y disminuir esta problemática.
“(Se necesita en las universidades) crear una institución que atienda a las víctimas, hasta ahora las muchachas, muchachos y los empleados no tienen dónde hacer la denuncia.
“Las universidades tendría qué pensar en cómo crear estructuras para atender a las víctimas, pero también para trabajar con los victimarios”, señaló la miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).