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Un factor de tensión para la lucha contra el SARS-CoV-2 es que el tema se está utilizando políticamente para atacar a la ciencia y a la Organización Mundial de la Salud (OMS), debido a que no embona en las agendas políticas, afirmó el virólogo Dominic Dwyer.
El especialista en enfermedades infecciosas con base en Westmead Hospital y la Universidad de Sydney mencionó que han existido teorías conspiratorias en muchos países, incluyendo en Norteamérica y en Europa, que señalan a los chinos como causantes de la pandemia, “pero esto no se basa en evidencia, sino en una agenda política”.
“Los países quizá no hablan acerca de sus propios problemas con el manejo de la pandemia y les gusta atacar a otros países, debido a que es una forma de desviar la atención sobre sus propios errores”, indicó.
Dwyer participó en la edición XX de la Cátedra de Genética y Vida Humana, que tuvo como tema Entendiendo el origen y la evolución de la pandemia por SARS-CoV-2 y se realizó el viernes 19 de noviembre.
En el evento organizado por la Vicerrectoría de Ciencias de la Salud de la Universidad de Monterrey, también participaron Hongzhou Lu, decano del Tercer Hospital Popular de Shenzhen, Centro Nacional de Investigación Clínica de Infecciosos; y monseñor Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey.
También estuvieron presentes el rector Mario Páez González y Eduardo García Luna Martínez, vicerrector de Ciencias de la Salud; así como Florencia Infante de Garza, presidenta y fundadora de la Cátedra, y se transmitió un mensaje en video de Álvaro Fernández Garza, presidente del Consejo de la UDEM.
Durante la jornada, la UDEM ofreció un homenaje a Infante de Garza por su destacado compromiso con la comunidad y la educación, así como por su valiosa contribución a esta casa de estudios y el impulso que ha dado a la Cátedra de Genética y Vida Humana, que se caracteriza por ser la única en su tipo en el mundo y que cuenta con aval de la Santa Sede, con la participación de prestigiados expositores de diferentes países.
En su conferencia, Dwyer señaló que otra discusión internacional es sobre el país de origen de la pandemia, si realmente fue en China o en alguna otra parte del mundo, pero el tema se vuelve “sumamente político”.
“No vale la pena analizar la evidencia para culpar a otras personas: es una discusión muy difícil de tener”, expuso.
El también director de Patología de Salud Pública en el estado de Nueva Gales del Sur, en Australia, destacó que la venta de animales salvajes en mercados es una práctica en diversos países y una de las dificultades de esa situación es que la venta de animales no está controlada de forma correcta.
Dwyer confirmó que existe evidencia de que el virus causante del COVID-19 tiene su origen en un animal, como un murciélago, y, probablemente, se haya transmitido a los seres humanos a través de una serie de animales intermedios.
El especialista también rechazó la versión de que el virus se haya fugado accidentalmente de un laboratorio, que incluso esto haya sucedido deliberadamente, sin embargo, nadie cuenta con un cultivo vivo, a pesar de que se tenga la secuencia genética, y no todos los coronavirus de murciélago son fáciles de crear en laboratorios.
De acuerdo con Dwyer, un factor de transmisión de la pandemia es el propio comportamiento humano, por ejemplo, las reuniones masivas, los eventos deportivos o religiosos y los lugares públicos, como los mercados.
El miembro de la Misión Conjunta de la OMS sobre los orígenes del SARS-CoV-2 en Wuhan, China, en 2021, afirmó que los virus de influenza o de COVID mutan con el tiempo y pueden volverse menos peligrosos por efecto de las vacunas o los medicamentos.
“Personalmente, veo que, conforme pase el tiempo, este virus se hará menos importante para los humanos y puede convertirse en otro virus de una gripe común, pero eso es una especulación en este momento, se vuelve un área de estudio continuo para ver la genética del virus y el aspecto clínico y ver las respuestas a la vacunación”, apuntó.
Por su parte, monseñor Cabrera López destacó que la humanidad tiene tres circunstancias siempre dolorosas: la guerra, el hambre y la peste, que son tres realidades que ponen en riesgo no solo la vida humana, sino la vida en general.
“A través de esta Cátedra de Genética y Vida Humana, la Universidad de Monterrey quiere cumplir con estas tres tareas que tiene frente a la vida: primero, de ver en ella un don que no nos pertenece en su origen, sino que viene de Dios; también obliga a fomentar las actitudes de agradecimiento y cuidado de la vida, y, desde luego, se convierte en una responsabilidad que nos obliga a actuar”, afirmó.
En su mensaje, el rector Páez González señaló que si bien han presentado desafíos a lo largo de 20 años, esta Cátedra de Genética se ha mantenido vigente y es un punto en el que convergen el conocimiento científico, el humanismo y el pensamiento crítico, los cuales la UDEM fomenta en sus estudiantes, en quienes busca inspirar su mejor versión.
“Gracias al liderazgo, visión y dedicación de Florencia Infante durante estos años, tenemos el privilegio de contar con este espacio y la participación de grandes expertos que, edición tras edición, han compartido su experiencia”, asentó.
Previo a las conferencias, García Luna Martínez indicó que, a lo largo del tiempo, la Cátedra ha aportado a la comunidad conocimientos de lo que está pasando en el área de la genética y de la genómica, las tendencias que están emergiendo en estas áreas, pero de una manera en la que es accesible a los diferentes segmentos de la sociedad y no necesariamente a una comunidad científica.
“Entre los retos que ha tenido la Cátedra a lo largo del tiempo, destacan la necesidad de migrar de la presencialidad hacia la virtualidad en el contexto de la pandemia, mantener el balance apropiado entre los componentes científicos y éticos que generalmente se presentan en la Cátedra y el conjuntar a los expertos mundiales en el ámbito de la genética y en el de la ética”, destacó.
Redacción / El Portal de Monterrey