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La aparición del COVID-19 modificó la mayoría de las actividades sociales. El ciudadano que se informa sobre el tema comienza a ver al virus por todas partes.
Para evitar entrar en pánico, el Director de Desarrollo de Proyectos de la Secretaría de Sustentabilidad de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Carlos Ramírez Martínez, hace una serie de recomendaciones a la población en general.
“Esto llevó a la modificación de un sinnúmero de formas de comportamiento en nuestros hogares, como el limitar el contacto físico entre los miembros de las familias, evitar tocarse la cara, en especial los orificios nasales, oídos y ojos.
“Utilizar cubrebocas y guantes al salir de casa, lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón, o bien, utilizando sustancias desinfectantes. Limpiar con cierta frecuencia las áreas de uso común utilizando agentes antibacterianos y antivirales, así como despojarse del calzado y, en ocasiones, de la ropa al regresar al hogar, cuando las personas se ven en la necesidad de acudir a sitios públicos, entre otras”, enlistó.
La bioseguridad es evitar riesgos biológicos, químicos y físicos
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la bioseguridad es un conjunto de normas y medidas utilizadas para proteger la salud de la población frente a riesgos biológicos, químicos y físicos a los que está expuesta.
El especialista indicó que el surgimiento del concepto de bioseguridad es relativamente nuevo. Algunos autores proponen que surgió a finales de la década de los 80 -del siglo pasado- en comunidades agrícolas y ambientales.
“Los conceptos de limpieza hospitalaria y asepsia datan de la ‘era bacteriana’, que surgió a mediados del siglo XIX, posterior a los descubrimientos sobre bacteriologías, que llevaron a cabo Louis Pasteur, Robert Koch y Joseph Lister.
“La bioseguridad basa su proceder en la implementación de medidas preventivas para reducir la expresión de riesgos, como las enfermedades, o bien, prevenir su propagación si es que dichos riesgos logran expresarse”, señaló el experto.
Ramírez Martínez señala que las medidas adoptadas ante la llegada del COVID-19 solo eran aplicadas a sitios como hospitales, laboratorios y áreas industriales dedicadas a producir alimentos y medicamentos.
“El uso de algunas de las medidas de bioseguridad, que hoy aplicamos en el hogar, estaba restringido a recintos hospitalarios, laboratorios clínicos y áreas industriales.
“Pero el día de hoy su aplicación nos parece cada vez más cotidiana. Una de las grandes lecciones que esta pandemia nos está dejando es que el surgimiento de riesgos se puede presentar en cualquier momento y debemos estar preparados para evitar su expresión y/o su propagación.
“Por esta situación, es necesario estar conscientes que la aplicación de medidas de bioseguridad en el hogar llegó para quedarse; que la terminación del estado de emergencia no debe ser motivo para bajar la guardia y dejar en desuso muchas de las acciones de bioseguridad que hoy practicamos, tomando en cuenta que la prevención es más económica y efectiva que curar o remediar”, sentenció el especialista de la UANL.
Medidas de bioseguridad para convertirlas en buenos hábitos de higiene:
- Al regresar al hogar, lavarse las manos en forma adecuada utilizando agua y jabón.
- Desinfectar objetos utilizados como llaves, teléfono, bolsas o mochilas y dinero, cada vez que se regresa a casa.
- Desinfectar la suela de los zapatos y, de ser posible, utilizar otro par previamente desinfectado para estar en casa.
- Desinfectar frutas y verduras, así como los empaques que contienen los alimentos procesados y almacenarlos en espacios desinfectados.
- Desinfectar tarjetas de crédito después de utilizarlas.
- En la medida de lo posible evitar el uso de efectivo.
- Portar envases pequeños que contengan sustancias desinfectantes mientras se está fuera de casa.
- Limpiar y desinfectar áreas de uso común y frecuente en el hogar.
- Evitar acostarse o dormir con la ropa que se utilizó a lo largo del día, especialmente cuando se visitaron sitios públicos.
- Recordar que no es lo mismo limpiar que desinfectar.
A esta lista se puede agregar toda acción de bioseguridad que se considera útil para resguardar lo más importante para el ser humano: la salud.
Redacción / El Portal de Monterrey