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Aunque en los últimos lustros se han presentado diversos virus contagiosos a nivel internacional, el caso del coronavirus es muy específico, de acuerdo con Eduardo García Luna Martínez, vicerrector de Ciencias de la Salud de la Universidad de Monterrey, porque se trata de “un solo brote infeccioso que se ha diseminado por un manejo inadecuado de los procesos de viaje”.
El también recién nombrado vicepresidente del Consejo Mexicano para la Acreditación de la Educación Médica (COMAEM) recordó que el virus surgió de una localidad específica de China, en Wuhan, y de ahí se diseminó a todos los países en donde ha aparecido a través de viajeros.
“Aquí lo importante es entender que el problema centralizado está en China y de ahí han viajado a diversos países; por eso se sospechó en México que algunos pacientes que hubieran estado en esa ciudad pudieran traer la infección, pero no ha sido así, salió negativo, fue otro tipo de infección”, sostuvo.
El directivo explicó que el coronavirus o 2019 nCoV es un virus que cambia en su estructura y empieza a ser transmisible a los humanos; aunque antes no le afectaba, ahora ya puede haber un trastorno: “eso pasó en el caso del H1N1 y el de esta variedad de coronavirus”.
“En el caso de Chikungunya y de Sika, son enfermedades que se vinieron diseminando por el vector, que es el mosquito, que se fue moviendo a lo largo de las zonas tropicales, los países y las temperaturas que lo permitieron; es el mismo virus que existía y diseminó por otros lados porque el mosquito pudo vivir en otros lados donde antes no vivía”, expuso.
Después de que Naciones Unidas estableció una alerta internacional debido al coronavirus, García Luna Martínez explicó que existen diversos niveles de incidencia en la población por contingencias sanitarias.
“En el caso de una alerta, lo que se busca es evitar la propagación de una enfermedad hacia áreas que no están invadidas por esa enfermedad e implica extremar las precauciones en pacientes que presenten sintomatología similar a la que el cuadro en cuestión representa”, indicó.
Agregó que, a diferencia de la alerta, una pandemia es cuando hay una infección generalizada en la población, mientras que una epidemia es cuando la transmisión es muy frecuente y un número importante de gente está infectada, pero no la mayoría.
“En una pandemia, todos pueden estar en riesgo de infección, pero no es el caso en este momento, que es una alerta internacional, que lo único que hace es extremar precauciones que presenten síntomas de lo que sería una gripe común y que hay que investigar, a ver qué tipo de virus es el que la está causando”, estableció.
García Luna Martínez aconsejó no dejarse llevar por noticias falsas aparecidas en internet, sino que “hay que tomar las cosas con calma y entender que no hay una presencia del virus como tal, ni declarada por las autoridades, entonces necesitamos tomar las medidas profilácticas necesarias para poder manejar cualquier cuadro de infección respiratoria”.
“Lo peor que podemos hacer es creer en todo lo que se publique en internet, porque no todo es cierto, puede haber cosas ciertas, pero hay muchas cosas que son falsas”, afirmó.
El vicerrector confió en que la población tomará las precauciones necesarias, como sucedió hace una década con la alerta por el virus H1N1, porque es una cuestión de toma de conciencia y, sobre todo, tener cuidados, no automedicarse, sino que ir con el médico y que lo evalúe apropiadamente.
“Lo mismo que ya vivimos en el H1N1 aplicarlo en esta ocasión; eso no quiere decir que toda la gente esté infectada, lo que estamos haciendo es tomar precauciones para evitar un contagio y debemos partir del hecho de que aparentemente no hay una presencia del virus en México”, subrayó.
Las recomendaciones son evitar todas las zonas de aglomeración, evitar estar en contacto con gente que presente problemas respiratorios, evitar tocarse las mucosas de la cara: boca, nariz o conjuntivas de los ojos; procurar mucho aseo de manos y evitar saludar de mano o de beso.
Agregó que, de la información más reciente sobre el coronavirus, el periodo de incubación en el humano –sin que haya síntomas– va de cuatro a 12 días, aproximadamente.
“Si uno entra en contacto con una persona que esté enferma, y en caso de que estuviera confirmado que se trata de coronavirus, saber que hay un periodo de incubación que es asintomático, y, por otro lado, saber que no hay un tratamiento específico en este momento; por eso la importancia de acudir con el médico para dar tratamiento que ayude a mitigar el desarrollo de la enfermedad”, destacó.
Redacción / El Portal de Monterrey