Editorial |
Depierta Monterrey | Por: Raymundo Guerra
Mientras Little League se viste de manteles largos recibiendo a las primeras delegaciones que participarán en la Serie Mundial, en México estalló la peor crisis que ha vivido el programa desde su fundación en 1956, por la Legión Americana.
Renunció Pepe Maiz a la Dirección Nacional de Ligas Pequeñas afiliadas a Williamsport, Pensilvania y junto con él, se va toda su directiva.
Algunos, muy pocos afortunadamente, celebran dicha decisión, demostrando una gran ignorancia y poco amor al programa, que con tanto esfuerzo ha logrado cumplir con su auténtica misión: formar ciudadanos de bien.
Ser campeón mundial era una meta que se veía, no lejana, sino como un objetivo secundario, pues se nos enseñaba en cada partido a siempre hacer lo mejor, independientemente de la victoria o la derrota.
El camino no estuvo pavimentado como ahora, estuvo en terracería por décadas hasta que la mediados de los 70’s los Pequeños Gigantes y los Bicampeones (1957 y 1958), esos niños que ahora eran adultos, empezaron a sembrar con sangre, sudor y lágrimas los cimientos de las Ligas Pequeñas a nivel nacional.
Fundaron por aquí y por allá, muchas veces con sus propios recursos, las ligas que hoy en día disfrutan de un pequeño parque de béisbol y que ahora las autoridades quieren arrebatarles, por considerar que ahí se mueven recursos públicos.
La cosecha tardó, pero los frutos llegaron a finales de los 90´s con el campeonato Mundial de la Liga Linda Vista, justo 40 años después de aquel mítico juego perfecto de Ángel Macías y la novena de ensueño de la Liga Industrial de Monterrey, que acudió a un torneo como invitada y levantó por primera vez el banderín de Campeón Mundial en Williamsport.
En 69 años de existencia, las Ligas Pequeñas de Béisbol de México han conseguido el banderín de campeones en tres ocasiones en la Serie Mundial, pero su éxito ha ido más allá, tal como lo planearon sus fundadores (incluido Don Pepe Maiz y su padre Don José Maiz Mier).
Debido al boom ocasionado por el campeonato de la Linda Vista en 1997, les guste o no a quienes ahora la critican, el crecimiento de jugadores a nivel nacional fue exponencial y el éxito en la organización de los torneos fue premiado por Little League con el pase directo de México a la Serie Mundial a partir de 2001.
El puente iluminado y pavimentado arribó, y los que ahora disfrutan de ello, se olvidaron como muchas veces ocurre, de quienes sembraron el árbol. Se columpian bajo la sombra y critican con “autoridad”, refugiados en el anonimato de las redes sociales.
Cuidado, porque quiénes ahora piden que se tale el nogal, mañana podrían estar sufriendo porque el sol les cala.
Editoriales | El Portal de Monterrey
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