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Seguramente, conoces a alguien o alguna vez en tu vida te ha pasado no querer salir de la cama, perder el apetito o simplemente no parar de llorar. Todos estos son algunos síntomas de un “corazón roto”, situación que puede derivar de la pérdida de un ser querido o de una ruptura amorosa.
Ramón Treviño Frutos, catedrático de la Universidad de Monterrey y cardiólogo, explica que el “corazón roto” sí existe. Aunque la frase es una metáfora, la Medicina aclara que el amor, además de un sentimiento, es una reacción química en el cuerpo.
“Biológicamente, el amor se considera un fenómeno multiorgánico en el que interviene el cerebro y órganos endocrinos; se dice que es una reacción química de neurotransmisores y hormonas relacionadas a sensaciones de placer y euforia, aunque esas mismas sustancias se pueden también asociar al estrés o la ansiedad”, explicó el doctor, que también es tutor clínica de Cardiología.
Agregó que las hormonas vasopresina y oxitocina son las que se han relacionado con la sensación que el amor y el “instinto maternal” provocan. Mencionó que estas sensaciones son “benéficas y hasta necesarias”, pues la ausencia de estos sentimientos, y por ende, estas hormonas, puede causar problemas como una mayor incidencia en problemas cardiovasculares.
De ahí se deriva otro tipo de “corazón roto”, que puede ser muy peligroso. Los males cardiovasculares son muy prevalentes en el país, como la hipertensión arterial y la cardiopatía isquémica, que incluye condiciones como la angina de pecho y los infartos.
Treviño Frutos indicó que muere más gente por este tipo de padecimientos que por cáncer, accidentes automovilísticos o violencia asociada a la delincuencia.
Estos se desarrollan por diferentes razones, y aunque no se tiene identificada una causa directa para la hipertensión arterial, sí se asocia con la obesidad, la diabetes y la vejez. Por otro lado, la cardiopatía isquémica se relaciona al estrés, alto colesterol en la sangre, hipertensión, diabetes y tabaquismo.
Es por esto que para evitar un “corazón roto”, el doctor Treviño Frutos recomienda precauciones básicas, pero efectivas.
“La mejor medicina es la prevención: llevar una dieta balanceada y sana (comer para vivir y no vivir para comer) y hacer ejercicio aeróbico regularmente. Con hacer ejercicio de cuatro a seis veces a la semana es suficiente, y no tienen que ser sesiones largas, pues con 20 a 40 minutos se pueden obtener beneficios cardiovasculares.
“Dormir lo suficiente, disfrutar del trabajo y mantener relaciones afectivas saludables siempre ayuda a mantener nuestro corazón y otros órganos sanos”, dijo.
Redacción / El Portal de Monterrey