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La corrupción no solo drena recursos económicos, también representa una violación directa a los derechos humanos, de acuerdo con Samuel Hiram Ramírez Mejía, profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Monterrey, quien destacó cómo esta problemática influye en sectores clave como la salud, la educación y el medio ambiente, y subrayó la importancia de la educación como herramienta esencial para combatirla.
El profesor de la UDEM explicó que el Día Internacional contra la Corrupción, instaurado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para conmemorarlo cada 9 de diciembre, tiene como propósito fomentar la prevención de la corrupción y generar conciencia sobre sus consecuencias, que van mucho más allá de lo económico.
“Para efectos de prevenir la corrupción y desarrollar culturas de honestidad en el mundo, me parece que es un día muy importante, justamente porque la corrupción afecta a temas no solamente económicos, sino también a la dignidad de las personas. Este día internacional es muy importante para el mundo y para México, en particular, para poder difundir esta cultura de prevenir y sancionar la corrupción”, señaló el catedrático.
En la UDEM, la lucha contra la corrupción no solo es un tema de discusión, sino una acción constante que se observa a través de estrategias educativas, institucionales y colaborativas.
Ramírez Mejía destacó que la institución trabaja desde diversas áreas para fomentar una cultura de honestidad, integridad y respeto a los derechos humanos, esenciales para prevenir y combatir este fenómeno.
La UDEM ha incluido materias específicas como Anticorrupción y responsabilidades de servidores públicos y Cultura de la legalidad, las cuales ha impartido el profesor Ramírez Mejía en semestres anteriores.
Estas materias son transversales, lo que significa que estudiantes de cualquier carrera, no solamente de Derecho, reciben formación sobre la importancia de prevenir y sancionar la corrupción.
Además, la Universidad fomenta el involucramiento estudiantil en esta lucha mediante grupos como el capítulo UDEM de la Red Universitaria de Promotores de Derechos Humanos.
Estos grupos realizan actividades y proyectos que vinculan a los jóvenes con organizaciones de la sociedad civil y promueven la concienciación sobre los efectos de la corrupción en los derechos humanos.
La UDEM trabaja en conjunto con organismos como el Consejo Cívico de las Instituciones de Nuevo León y el Observatorio Ciudadano del Sistema Estatal Anticorrupción. Estas alianzas permiten medir el desempeño de las instituciones y generar propuestas para prevenir y sancionar la corrupción.
En el ámbito académico, la universidad cuenta con el Centro de Integridad, encargado de fortalecer la cultura de honestidad dentro del campus. También está el Consejo de Honor, donde participan profesores, estudiantes y colaboradores para vigilar el cumplimiento del Código de Honor de la UDEM, resolver casos de deshonestidad académica y promover conductas éticas en la comunidad universitaria.
El profesor Ramírez Mejía también destacó las investigaciones académicas relacionadas con la corrupción, particularmente aquellas con enfoque en derechos humanos. Entre estas, resalta la participación del profesor Ramírez Mejía y de la UDEM en la propuesta para incluir el derecho humano a vivir en un ambiente libre de corrupción en la Constitución de Nuevo León.
“En 2022 se reformó la Constitución de Nuevo León y se incluyó, a propuesta de la Universidad de Monterrey, el derecho humano a vivir en un ambiente libre de corrupción. Estamos trabajando muy de la mano con la Comisión Estatal de los Derechos Humanos para que la política del Estado de Nuevo León tenga un enfoque de derechos humanos”, explicó.
Como reflexión, Ramírez Mejía llamó a las y los estudiantes a involucrarse activamente en la lucha contra la corrupción, y destacó el sello distintivo de la UDEM, el cual es colocar al ser humano en el centro.
“La corrupción impacta principalmente a las personas en situación de vulnerabilidad: migrantes, indígenas, personas en pobreza. Por eso, trabajar en redes y hacer sinergia con la institución y las organizaciones de la sociedad civil es clave para generar un cambio”, estableció.
Asimismo, enfatizó el rol de los docentes como guías en este proceso, recordando que la educación no solo forma profesionales, sino ciudadanos comprometidos con la justicia y la equidad.
“Este es un tema que no puede abordarse de forma aislada. Necesitamos trabajar en redes, crear políticas con enfoque de derechos humanos y fortalecer nuestra capacidad para prevenir y sancionar la corrupción. Aquí, en la Universidad, tenemos todas las redes para que los estudiantes se involucren con su profesorado y que se vinculen con las organizaciones de la sociedad civil que trabajan estos temas para prevenir la corrupción”, concluyó.
Redacción | El Portal de Monterrey