sábado , noviembre 23 2024

El TLCAN no debe convertirse en “camisa de fuerza” para la economía mexicana

  • Los productores de leche y de maíz, prefieren no formar parte del Tratado de Libre Comercio con EU y Canadá

Por: Pascacio Taboada Cortina / Editorial

Analizan instituciones del gobierno y empresarios, nuevas opciones para mantener un ritmo de exportaciones e importaciones, que no alteren el desarrollo de México.

En vísperas de que se inicien las pláticas entre representantes de gobierno y empresariales en el marco de la revisión del Tratado de Libre Comercio de México, Estados Unidos y Canadá, hay una preocupación desmedida sobre lo que pasará si el país del norte o Canadá deciden “ir a otra cosa, mariposa”.

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Para la economía de México, el TLCAN no debe convertirse en una “camisa de fuerza”. Hay elementos suficientes de dónde ‘echar mano’. ¡Claro!

El gobierno mexicano ha hecho grandes esfuerzos por estrechar las relaciones de intercambio comercial a través de la formalización de 11 Tratados de Libre Comercio, mismos que involucran a 44 naciones y a una población potencial de mil millones de países de América Latina, de la Unión Europea y aún se está en negociaciones para formar parte del Tratado de Asociación Transpacífico (TPP), que incorpora a 10 naciones de Asia, Australia y Nueva Zelanda.

Si bien la salida de Estados Unidos del TPP, este mecanismo sería el acuerdo comercial regional más grande en el mundo. Abarcaría alrededor del 40 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial y aproximadamente la tercera parte del comercio mundial.

Este acuerdo plantea la eliminación de barreras arancelarias en las compras gubernamentales, la fijación de estándares para derechos laborales, la propiedad intelectual y protección al medio ambiente.

También pretende reducir aranceles en determinados productos, como en textiles; eliminación de subsidios a exportaciones agrícolas, e incrementará la transparencia y cooperación sobre determinadas actividades relacionadas con la biotecnología en la agricultura.

El Presidente Enrique Peña Nieto, desde principios del año 2017, anunció la estrategia de diversificar las relaciones comerciales de México con otras naciones, frente a la nueva relación comercial con Estados Unidos.

Se habló de Argentina y Brasil, con Colombia, Chile y Perú. Destacó que se buscará un Tratado de Libre Comercio con Reino Unido, una vez que formalice su salida de la Unión Europea.

Lo que se considera más conveniente respecto del TPP, ha señalado el Presidente de la República, es iniciar conversaciones con las naciones integrantes de este organismo internacional, para lograr acuerdos bilaterales, ya sin la presencia de EU y de Viet nam, que han renunciado a avanzar en las negociaciones para la firma de un acuerdo comercial.

En reiteradas ocasiones, los productores de leche y de maíz, han manifestado que no les conviene formar parte del TLCAN, porque no son rubros competitivos. Nada menos en maíz, la productividad en México del grano, apenas alcanza 2.5 toneladas por hectárea, mientras que en Estados Unidos ese rubro alcanza promedios entre 12 y 14 toneladas por hectárea.

En leche, el bajo costo en EU por litro, alrededor de 2 y 3 pesos, no se compara con el costo en México, que es de 6.50 pesos por litro. Es decir, los norteamericanos retiran la crema a la leche durante el proceso de deshidratación.

Por cada litro que convierten en polvo, obtienen alrededor de 4 pesos por efecto de la crema, misma que utilizan en la fabricación de alimentos especiales para niños. Así, nos mandan leche en polvo que equivale a un valor de dos pesos, lo cual compite fuertemente con la leche natural, fluida, que se produce en México.

 

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