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En busca de opciones en la nueva etapa de “nueva normalidad” para evitar la aglomeración en los camiones, dos alumnas de la Universidad de Monterrey diseñaron una propuesta de infraestructura peatonal y ciclista en un polígono del área poniente de la ciudad, que los municipios pueden replicar en otras zonas urbanas.
La iniciativa también espera resolver desacuerdos entre vecinos del área sobre el uso de la bicicleta al ponerse en riesgo en zonas sin infraestructura específica para ciclistas o peatones, según comentaron las alumnas que presentaron este Proyecto de Evaluación Final (PEF) para graduarse en Ingeniería Civil en el semestre que termina.
El estudio de Ana Sofía Leyva Urías y Silhi Yulieed Ávila Iturbe implica la configuración de una vía ciclista y la redistribución de espacio que requiere el flujo vehicular de las cuatro vialidades principales que conforman el polígono: Alfonso Reyes, José Calderón, Jiménez y Corregidora.
Bajo la asesoría de Ingrid Lucio Pérez, profesora y responsable de los Laboratorios del Departamento de Ingeniería Civil en la UDEM, las alumnas trabajaron durante los últimos dos semestres en el proyecto Diseño preliminar de infraestructura ciclista para la comunidad UDEM.
Ana Sofía y Silhi Yulieed explicaron que la iniciativa parte de la necesidad de evolucionar hacia una movilidad integral donde se prioricen los medios de transporte no motorizados y propone la implementación de una red de infraestructura ciclista de 14 km en total como una alternativa para viajes menores a 5 km.
“Se buscó que el proyecto fuera lo menos costoso posible de realizarse, de hecho, la mayoría de la infraestructura que se tendría que poner, se puede hacer con pintura, y señalamiento vertical y horizontal”, explicó Lucio Pérez.
Solo hay opciones para vehículos
Aunque este plan de infraestructura está destinado principalmente a los miembros de la Comunidad UDEM que viven en los alrededores de la Universidad, también se beneficiarían las personas que tengan como destino los servicios que existen en la zona.
“Sabemos que la bicicleta es el medio de transporte más efectivo para viajes iguales o menores a 5 km; hay colaboradores, profesores o estudiantes que viven en los alrededores de la UDEM y se ven orillados a moverse en medios motorizados porque no existe otra opción”, expuso Ana Sofía.
El proyecto establece que las opciones de movilidad urbana son limitadas, debido a la configuración de vías terrestres desarrolladas casi solamente para transportarse en automóvil, mientras que el servicio de transporte público es deficiente y las banquetas son “comúnmente angostas, irregulares y obstaculizadas”.
Ana Sofía señaló que, a lo largo del trabajo, siempre procuraron que el diseño considerara suficiente espacio para todos los usuarios, tanto para peatones, como para ciclistas y conductores de vehículos, y ofrecer opciones de movilidad a las personas que viven en la zona.
“Se trataba de optimizar, porque nos dimos cuenta de que gran parte del arroyo vehicular es dedicado a los autos y no se necesita tanto: lo que hicimos fue una redistribución del espacio para que fuera más equitativo y más democrático para cada tipo de usuario y no priorizar solamente a uno, que encima es el que más contamina, el que es más inseguro y el que más accidentes causa”, apuntó.
Distancia y seguridad ante el Covid-19
En uno de los apartados, se hace hincapié en que, en esta etapa de contingencia, ha sido evidente la urgencia por incentivar medios de traslado alternativos para reducir la aglomeración y el contacto entre los usuarios, quienes regularmente usan el transporte público.
En este sentido –según consultores en movilidad, citados en medios de comunicación y registrados en el proyecto–, se adoptaron medidas tales como reducir los horarios y frecuencias de las rutas de transporte público para desalentar a la población a salir de sus hogares, pero el efecto fue el contrario: “los usuarios se aglomeraron y hubo un alza de contagios ligado a esto”.
Silhi Yulieed indicó que el proyecto, que surgió del tema de necesidades de movilidad, ayudará a que se implementen mejor las políticas de distanciamiento social, por lo que se convierte también en un tema de salud pública.
“Es importante que un porcentaje de aquellas personas que se desplazan por medio del transporte colectivo en la zona metropolitana de Monterrey (que representan el 37 %) pueda migrar hacia otros medios de transporte”, destacó.
Las alumnas mencionaron algunos casos de éxito de impulso a la construcción de ciclovías, como en Mérida, Yucatán, en donde se destinaron casi 34 millones de pesos para tres proyectos de infraestructura ciclista; el proyecto Ciclored en Hermosillo, Sonora, con 125 ciclocarriles; y, a nivel internacional, el caso de Sevilla, España, donde en solo cuatro años se crearon 120 km de red ciclista diseñada con criterios de seguridad, lógica y conectividad entre sí, aunque también tienen un clima semiárido, como el de Nuevo León.
Redacción / El Portal de Monterrey