Por: C.P. Norma Idalia Vargas Ortega / Editorial
México se encuentra en un rezago educativo y de competitividad en materia educativa, siendo así la educación básica, tanto primaria como secundaria una de las de menos calidad a nivel mundial.
Las carencias en las educación al sector menor de 15 años, impacta profundamente al crecimiento económico de México, situándolo en el lugar 102 de 124 países en mediación educativa de escuelas primarias; mientras que en el índice global, se sitúa en la posición 58 de 124, siendo el cuarto de América Latina por debajo de Chile, Uruguay y Argentina.
El elevado nivel de desigualdad ha conducido a muchas familias a la pobreza, con poco acceso a educación y la falta de oportunidades laborales, lo cual afecta las perspectivas de crecimiento de largo plazo.
Los estudiantes en México tienden a abandonar la escuela prematuramente. El 62% de los jóvenes de 16 años están inscritos en educación media superior; el 35% de los jóvenes de 18 años cursan estudios (19% en educación media superior y 16% en educación superior), y únicamente el 30% de los jóvenes de 20 años están matriculados (6% en educación media superior y el 24% en educación superior ) .
Si bien el sistema educativo en México no ha sido optimo ni competitivo impacta de manera exponencial en una falta de competitividad en el recurso humano comparado con otras naciones tanto a nivel mundial.
La reforma educativa que hizo obligatoria la educación media superior a partir del 2012, y que tiene por objetivo la cobertura total en este nivel para el 2022, es un paso importante para reducir los altos niveles de deserción en México sin embargo, volverá al estancamiento y su rezago con la nueva modalidad que con su nulo impacto ha traído las escuelas de turno completo, en nivel de primaria básico, y en el que no se esta generando cambio positivo, al contrario es contraproducente, pues en primer lugar al no contar con la infraestructura adecuada de los planteles escolares, maestros de vocación realmente capacitados y bien pagados, el tipo de programa de estudios que no esta al nivel de competitividad de los estándares internacionales en el que debería estar, ocasionando así el aborto de el talento de miles y miles de estudiantes, que impacta no solo en lo educativo sino en lo social y económico.
Ahora bien, la mayoría de los mexicanos tienen un nivel educativo bajo (63% poseen un nivel de estudios por debajo de la educación media superior); la proporción de adultos que han alcanzado al menos la educación media superior (37%) es una de las menores en los países de la OCDE (sólo en Turquía la proporción es menor: 34%) y se encuentra considerablemente por debajo del promedio de la OCDE de 75%.
La realidad nos muestra que para impulsar y transformar el país tenemos que trabajar mucho por buscar ser hacedores de verdaderos cambios en el sistema educativo, pero se requiere de mucha voluntad, y una filosofía de colaboración de todos, pues el cambio se da cuando en una sociedad se trabaja en equipo, gobiernos, docentes, organizaciones, empresas, sociedad, familias.
Se requiere un cambio transformacional, no solo de reformas, sino de mentalidad para poder lograr el cambio e impacto que requerimos como mexicanos y salir de esa zona de pasividad en el que solo esta mermando el talento y liderazgo de quienes deberían ser el futuro de nuestro país.
C.P. Norma Idalia Vargas Ortega
Presidente
Niños y Jóvenes Emprendedores de Nuevo León