Editorial |
Once Varas | Por: Obed Campos
Al leer la historia de Alexander “N”, un chiapaneco de 39 años de edad que por once horas puso en jaque a los elementos de la Secretaría de Seguridad y Protección a la Ciudadanía de Monterrey, como en aquellos melosos boleros de los años 50’s hicieron que me confundiera y ya no supe si reír o llorar.
Reír, porque me imaginé la escena: Alexander detenido y esposado burló la supuesta guardia de la también conocida como Policía Regia, allá en sus cuarteles del Alamey, tras pedir permiso para ir al baño.
El evadido había sido detenido acusado de meterse a una casa que no era la de él…
Y las ganas de llorar me llegaron al enterarme que el prófugo no fue ubicado sino hasta las 17:20 horas por policías de la corporación a unas cuadras del cuartel, en el cruce de Los Ángeles y Manuel Doblado, en la Colonia Del Norte, de donde no pasó el chiapaneco.
No es la primera vez que lo digo: algo anda muy mal en la corporación que encabeza Alejandro Garza y Garza con todo y que hace un par de días recibieron la “Certificación Policial Ciudadana, o Certipol”, la cual ni su casa la conocen, pero según las notas la otorga el “Instituto para la Seguridad y la Democracia Asociación Civil (Insyde A.C.)”.
Instituto del cual no se sabe qué jabón lo patrocina, aunque eso sí, muy cariñosos ellos, los de Insyde A.C. le entregaron una placa al presidente Municipal, Luis Donaldo Colosio Riojas, quien es el verdadero responsable del desmadrito en el que deja a la Policía de Monterrey.
Y digo que Colosio “deja” porque le quedan escasos días de seguir chicoteando la potranca desde la silla de la alcaldía; le recuerdo a usted que se va en busca de un escaño en el Senado.
Pero ya ve que están como el Tío Lolo, que siempre se aplauden solos.
Mientras tanto a los regios nos sigue cubriendo la tenebrosa sombra de la delincuencia, porque policía, lo que se dice policía que nos proteja, fíjese que no tenemos.
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