Editorial /
El “tsunami” llamado Andrés Manuel López Obrador mantiene la potencia que lo llevó al triunfo y que arrasó con propios y extraños el 2018 cuando instaló a Morena como mayoría en el Congreso de la Unión aunque con dicha victoria arrolladora dejó en el camino a algunos aliados, como el PES, partido que no conservó el registro, pero sus bases pretenden el gran regreso con una variante en su denominación: Partido Encuentro Solidario, afán que, de acuerdo con el licenciado Jorge Ruiz Velasco, va por buen camino hacia el objetivo de reinstalarse en el menú de partidos para los próximos comicios, el 2021.
Mientras tanto, el presidente López Obrador –decíamos- sigue con una imagen positiva en la opinión pública abierta ya que, según encuesta del prestigiado diario de la CDMX, El Universal, el 74.1 por ciento de las personas consultadas votarían a favor de que el mandatario continuara en su cargo.
El 19.3 por ciento votaría por revocar el mandato y 6.6 por ciento respondieron que aún no saben cómo votarían.
Un 64.4 por ciento respondieron que no están arrepentidos de haber votado por el entonces candidato presidencial.
El resultado de la encuesta entre la población abierta contrasta con las opiniones de los enemigos políticos del Presidente, de los editoriales de algunos Medios nacionales y extranjeros (Financial Times), así como las calificadoras, y la de algunos articulistas que publican y opinan en la radio o televisión que han externado posiciones de crítica negativa en donde no han faltado calificativos duros como populista, mesiánico, tirano, dictador, regresivo…
Frente a esas posturas que lo descalifican, el Presidente de la República asume -y así lo expresa en sus diarias conferencias de prensa matutinas-, su Derecho de Réplica, a contestar una por una las críticas; señala, inclusive, las noticias falsas.
Esto al tiempo de aclarar que su postura no implica censura a los medios y hasta alienta que exista un ambiente de crítica a su gobierno: “eso es bueno porque hay un debate circular”, ha dicho el mandatario.
Sus réplicas incluyen a los organismos autónomos, incluido el Banco de México, a los que opone “sus datos” cuando se publican las tendencias económicas, por ejemplo.
Al parecer, los apoyos y la popularidad del Presidente respondan a los programas sociales de entregas en efectivo en becas y pensiones que signifiquen “oxígeno” para la menguada condición social de las familias y que AMLO lo define como un apoyo a la economía popular que se está reflejando en los estratos micro del consumo.
Esos programas, argumenta el Presidente están produciendo “Desarrollo”, término que ha acuñado en mayor importancia al de “Crecimiento”.
De esa manera, el presidente López Obrador ha inaugurado un nuevo debate en la teoría económica de este tiempo, el tiempo de la Cuarta Transformación impulsada con el arribo al poder, postulado por Morena, partido-movimiento-partido que él fundó y que no está dispuesto a tolerar que nadie lo manche, ni a sus correligionarios, a los que demandó crearse su propio movimiento, pero con otro nombre, otras siglas, y no ampararse con MORENA.
Por: Pedro García / El Portal de Monterrey