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Editorial |
ACÁ EN PREFERENTE | Por: Raymundo Guerra
Mientras impera la incertidumbre en las Ligas Pequeñas de Béisbol en México por no saber quien es el verdadero titular de la Dirección Nacional tras la salida de Don Pepe Maiz, en el Poder Judicial de la Federación una demanda por discriminación y acoso infantil avanza y podría poner en serios aprietos incluso, a las autoridades del Instituto del Deporte y la Cultura Física del Estado de Nuevo León.
Y es que a casi medio año de haber obtenido una “suspensión definitiva”, todo apunta a que los derechos de dos menores pertenecientes a la Liga Mitras A.C., siguen sin ser respetados por los directivos del programa afiliado a Williamsport.
Ante la falta de certeza legal, de quien es el verdadero Director Nacional, toda vez que Saúl Gerardo López Lozano no ha recibido un nombramiento oficial por parte del Cuartel General, el abogado que representa a los peloteritos interpondrá un nuevo recurso ante el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa, a fin de que se garanticen de una vez por todas, los derechos fundamentales de los pequeñines.
Si bien es cierto, los representantes de la mencionada Liga acataron en su momento lo dispuesto por las autoridades federales, lo que también es innegable, es que los siguen afectando al no permitirles la práctica de su deporte favorito de “forma libre y sin restricciones”.
Lo peor de todo, es que esta es tan solo una de las demandas interpuestas por varios padres de familia de la misma Liga, quienes consideran que se vulneran los derechos humanos de los niños.
El asunto aquí expuesto no es menor, ya que, de persistir los hechos en contra de los afectados, las demandas podrían subir de tono ahora por la vía penal.
Resulta muy lamentable que un programa tan exitoso y noble, fundado en Monterrey por la Legión Americana hace 69 años, se vea manchado hoy por la gente de pantalón largo.
Ojalá que pronto los directivos de la Ligas Pequeñas se acuerden de lo que dice parte de su credo: “Amo a mi patria, respetaré sus leyes”, pues lo que verdaderamente importa, es la formación de los niños como personas de bien en la sociedad.
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