Por: Profr. Roel Guajardo / Editorial
Con la finalidad de acabar con la grave desviación de recursos federales destinados al ramo educativo que hacían y hacen los gobernadores de los estados a partir de enero del 2015 la Secretaría de Educación Pública concentró el pago de la nómina de los trabajadores de la educación.
Las consecuencias y el desorden, producto de improvisaciones e incapacidad de los burócratas de la SEP que encabeza el señor Emilio Chuayffet, se hicieron presentes otra vez más como su marca registrada y así no se puede avanzar hacia mejores propósitos.
Vamos por partes para documentar algunas inconsistencias: Quitan la aplicación del examen de ENLACE Nacional para evaluar el logro académico de los alumnos en el país y la SEP no tiene un instrumento sustituto, cuando evaluar es básico para mejorar.
Entregan libros de texto gratuito plagado de errores y obsoletos, pues no se ajustan al Plan de Estudios 2011, como el texto de inglés que se hizo llegar a muchas escuelas secundarias.
Se contratan y asignan maestros a los planteles educativos, sin sujetarse al perfil profesional que se necesita para atender a los grupos de alumnos, violentándose los Artículos 42 y 62 de la Ley General del Servicio Profesional Docente.
Se pasa por alto el Artículo 63 de la LGSPD al entregar nombramientos o asignaciones fragmentarias, donde un maestro tiene horas de clases en diferentes escuelas, en lugar de compactárselas.
La SEP no ha podido aplicar el Art.78 de la LGSPD para terminar con los aviadores por miedo a la dirigencia del SNTE, incurriendo en responsabilidades como lo señala el Art. 70 de la misma ley.
En el tema de la nómina algo más sencillo que las complicaciones de la Reforma Educativa, la SEP asume el pago de los salarios a los maestros federales o transferidos y muchos profesores se quedan si su remuneración.
Lo más grave, la Secretaría de Educación viola el Artículo 132 Fracción VII de la Ley Federal del Trabajo, relativo a la obligación del patrón de expedir a los trabajadores una constancia escrita del número de días trabajados y del salario percibido.
Es decir, con la concentración de la nómina para amarrarles las manos a los gobernadores, actualmente los maestros no sabemos que conceptos se nos pagan y que retenciones o descuentos se realizan.
La SEP no estaba preparada con un programa que le permita cumplir con la Ley Federal del Trabajo y entregar a los maestros la constancia o talón de cheque de sus percepciones.
Los trabajadores de la educación no sabemos cuánto nos pagan y cuanto nos descuentan.
No tenemos un documento o talón de cheque para conocer nuestras percepciones salariales, hacer trámites legales y tener una constancia, evidencia o comprobante laboral.
La complicidad de la SEP y de la dirigencia del SNTE, coloca a los maestros en una situación vulnerable y en un estado de total indefensión para reclamaciones salariales y eso es sumamente grave porque va contra lo más elemental de los derechos inalienables de los trabajadores.
La SEP y la dirigencia sindical del SNTE están agregando innecesariamente otro ingrediente al malestar de los maestros que ha estado fermentando y que les va a tronar en las elecciones de junio de este año.