Editorial |
POLÍTICA Y GENTE | Por: Pedro García
En un pronóstico digno de ser atendido por los llamados agentes económicos, mercados financieros y empresarios, pero sobre todo las familias mexicanas, el presidente López Obrador anticipa que, al entregar el poder, no habrá “crisis de fin de sexenio”, y no sólo eso, ADVIRTIÓ que, en todo caso, sí podría ocurrir un problema económico financiero para el año 2025, pero en el extranjero.
Ante ese evento, adelanta que va a blindar bien las finanzas para que no haya crisis como la causada por el binomio Salinas-Zedillo.
El anuncio es relevante porque así nadie podrá llamarse a sorprendido y en donde los inversionistas bursátiles, capitales productivos y el empresariado en general, deberán por “descontado” el efecto del colapso financiero.
Cita de La Mañanera:
“¿Y por qué pienso que en lo externo de darse una crisis económica-financiera sería hasta el 25?
Porque están de por medio las elecciones en Estados Unidos y es muy difícil de que se dé una crisis económica-financiera antes de las elecciones.
Van a aguantar todo. Pasando las elecciones ya es otro asunto, gane quien gane, ya podrían -no lo estoy asegurando-, venir ajustes. Y aunque se presentaran estos fenómenos en Estados Unidos, sí nos afectarían por la interdependencia económica, por la integración económica que tenemos entre nuestras economías”.
El Presidente expresó que, considerando aquello, va a seguir manejando las finanzas con mucha responsabilidad para blindar bien la economía, pensando hacia adelante, dejándoles también márgenes. Por ejemplo, “no endeudando al país”.
Argumentó que su gobierno no tiene necesidad de solicitar préstamos como sí lo hicieron Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, por 900 mil millones de pesos.
“Porque ya lo que tenemos contemplado, la necesidad de presupuesto para concluir las obras que ya iniciamos, para mantener los programas de bienestar ya se tienen asegurados los ingresos”, puntualizó López Obrador.
Y reiteró:
“Se descarta que en el futuro se pueda presentar una crisis como las que ha habido en los cambios de gobierno, por ejemplo, la de Salinas-Zedillo, que surge por malos manejos económicos internos, eso está descartado”.
Tenemos una economía fuerte, finanzas públicas también sólidas. Vamos a continuar con nuestra disciplina económica-financiera, con el plan de austeridad, “aunque no les guste a los que estaban acostumbrados al derroche, al despilfarro, no de lo de ellos, sino de lo del pueblo”.
Editorial | El Portal de Monterrey
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