Editorial |
Once Varas | Por: Obed Campos
Como en todos los rubros, en sus cuentas alegres de la mañanera, en los que los abrazos le van ganando a los balazos, la Federación expuso que en Nuevo León se registraron 16 homicidios el lunes pasado, pero hizo falta que alguien alzara la voz y aclarara que de esos fallecidos, 10 fueron delincuentes abatidos al enfrentarse a las fuerzas estatales.
En otras palabras, Gerardo Palacios Pámanes, secretario de Seguridad de Nuevo León, sin decir esta boca es mía enmendó la plana y corrigió el conteo oficial, en una entrevista televisiva y sin criticar esa perversa máxima de “abrazos no balazos”, en pocas palabras dio a entender que si en la entidad nos cruzamos de brazos nos van a cargar el payaso y la mamá del payaso.
Lo que hay que tomar en cuenta, porque ahora sí que no hay que revolver preñadas con paridas, es que no se deberían de contar juntas las víctimas y los delincuentes caídos. Simplemente porque no son iguales.
La obligación es que el tema de la seguridad hay que verlo bajo la lupa correcta, fuera de fanatismos y grillas políticas baratas. Y lo que ha pasado en los últimos días en la entidad, sin duda ha despertado el interés a los ojos de lo que pasa en todo el país.
Porque lo que se ve a leguas es que desde hace muchos años, no se veía estrategia de seguridad en Nuevo León funcionara, y hoy con las cifras a la mano se puede constatar que hay avances.
En los últimos meses, en la entidad se ha mostrado una disminución significativa en diferentes delitos como el combate al crimen organizado, el robo a casa habitación, los feminicidios y la violencia familiar. No lo digo yo, lo dicen las estadísticas.
Y este impacto ha sido gracias a la implementación del llamado “Modelo de Tres Pisos”, que en seguridad, involucra a los tres órdenes de gobierno, esto es, la autoridad municipal, la estatal y la federal, comprometidas a trabajar de manera coordinada en la seguridad del estado.
En tan solo en siete meses, por dar un ejemplo, uno de los delitos que más impacta al estado y al país en general, los feminicidios, lograron reducirse en un 42 por ciento, según datos de la Fiscalía Estatal. En el caso de los robos a casa habitación, con el apoyo de las policías municipales, la tasa se redujo hasta en un 40 por ciento mientras que la violencia familiar disminuyó en un 24 por ciento.
Estos son números significativos que impactan en la percepción de la seguridad porque pegan en la vida cotidiana de los vecinos.
Entonces, el “Modelo de Tres Pisos”, como enfoque integral, ha generado resultados positivos y ha sentado las bases para una mejora significativa en la seguridad y bienestar de la comunidad. Y comienza con la proximidad de las policías municipales para atender de manera inmediata los reportes, el combate frontal y despliegue táctico de fuerzas armadas y la investigación de los hechos por parte de las Fiscalías.
La autoridad estatal no hecha las campanas al vuelo y destaca que aún queda trabajo por hacer. Reconoce que los desafíos persisten y que es necesario mantener el impulso para consolidar los avances logrados hasta ahora. El compromiso, continuo de las autoridades, la participación de la ciudadanía en los programas preventivos y la asignación de recursos adecuados son clave para seguir fortaleciendo la seguridad de Nuevo León y garantizar el bienestar social.
Estos son resultados tangibles que desembocan en un ambiente más seguro y confiable en el estado.
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