El Portal de Monterrey
Editorial |
Once Varas | Por: Obed Campos
Apenas ayer en la mañana un conocido me escribió sobre la siniestra ¿administración? del tal Luis Donaldo Colosio Riojas del ahora empobrecido municipio de Monterrey, de la otrora orgullosa Sultana del Norte de la que ya no queda nada:
“Colosio ya llenó de tachuelas las avenidas principales de Monterrey que para lo único que sirven es para que los vehículos aceleren para evitar la vibración incómoda y que no se aflojen los tornillos de los carros… Han de estar muy barata$ las tachuelas”.
Y otro amigo me dice:
“Luisín Donaldín Colosín que no le han dicho que es alcalde. Monterrey compró botes de basura de a 18 mil pesos cada uno, seguramente con incrustaciones de oro y joyas, como en Dubai, a donde siempre van a parar los ex alcaldes de Monterrey al final de sus administraciones”.
Y yo le agrego: ciertos alcaldes no han necesitado que se termine su período para ir a buscar allá quién sabe, refugio espiritual… o bóveda de valores… Juzgue usted.
“No nos dejen, que no nos abandonen, porque esto es algo que se está viviendo a lo largo y ancho del País, no es un tema únicamente en el Estado de Nuevo León, se está viendo esto como un síntoma grave que se replica en muchas otras ciudades” le declaró el alcalde a El Norte al ser cuestionado sobre los hechos violentos en Nuevo León. ¿Pues no que muy salsa?
Y en un desesperado grito de auxilio exclamó: “Necesitamos que no nos deje solos”, cuando hace pocos días si usted se lo topaba y le preguntaba, Colosio hacía como que la Virgen de hablaba en ese tema… Es decir, Monterrey era Disneylandia y él, como siempre viajando en alfombra mágica.
Luis Donaldo: ¿a dónde está el orgullo? ¿a dónde está el coraje?
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