Por: Alma G. Ramírez Castillo / Innovación
Calentar el agua con gas natural en regiones del norte de México o en países de Europa y Estados Unidos donde el frío polar siempre ha sido un gran problema para la población.
Este problema existe porque a la fecha los combustibles que se utilizan resultan muy caros para la industria o el hogar.
Sin embargo, científicos de Nuevo León pudieran tener la solución para reducir costos y generar mayor energía a partir del carbono obtenido del bagazo del agave, planta conocida popularmente en el mundo por producir tequila y mezcal en ciertas regiones del centro y occidente de México.
El rector de la UANL, Jesús Áncer Rodríguez, el secretario General de la misma, Rogelio Garza Rivera, y el director de FIME (Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica), Esteban Báez Villarreal dieron todas las facilidades para iniciar esta investigación a través de nanotecnología.
Leonardo Chávez Guerrero, doctor en Nanotecnología por la IPICyT (SLP, México) y enfocado en energías renovables, considera que explorar con el bagazo de agave es un campo que involucra innovación en muchas aplicaciones.
“Se acude a las plantas mezcaleras o tequileras para obtener el bagazo del agave, el cual se coloca en un proceso denominado pirólisis (calentar la biomasa en ausencia de oxígeno porque de otra forma ocurre la combustión y prácticamente ésta se quemaría); lo que se hace en ausencia de aire, es que saca todo lo orgánico más el CO y CO2, y como resultado nos queda la ceniza más el carbono.
El científico asegura que al terminar el proceso, del total de bioma utilizada se obtiene un 20 por ciento aproximadamente de carbón, lo cual es una gran ventaja porque se produce una cantidad impresionante de toneladas de desperdicio de bagazo
Este proceso permite reducir el volumen y además de evitar la contaminación por olor, por insectos y otro tipo de enfermedades, debido a que el carbón es inerte y se puede almacenar para utilizarlo en cualquier momento durante el mismo proceso, por ejemplo para calentar el agua o las calderas.
“El proceso es de forma vertical, es decir, es en secuencia. Primero se necesita quemar el carbón que se usa como combustible y los residuos se utilizan para el siguiente proceso”, señaló el investigador universitario.
Una de las principales ventajas en este tipo de investigaciones radica en que las plantas para poder crecer necesitan CO2 del ambiente, según explica el investigador en http://www.uanl.mx/noticias/investigacion/se-busca-producir-energia-renovable-partir-de-desechos-de-agave.html.
Para Chávez Guerrero el uso de este tipo de combustibles es totalmente sustentable con el medio ambiente ya que en una fuente fósil esto no pasa lo que ocurre con el petróleo donde el CO2 está dentro del material incrustado en la tierra, al quemarlo libera CO2, en cambio, un planta no; la planta toma el CO2 del ambiente y lo pone en sus células para crecer, luego se libera de nuevo el CO2 que consumió, es decir, nunca se agregó CO2 al ambiente, simplemente se reutilizó.
“Al estudiar la biomasa que da el agave, todo se utiliza, al final no hay residuo. Es renovable precisamente porque viene de una planta, no se genera CO2 extra y nunca se utilizó algún combustible fósil en todo el proceso”, puntualizó Chávez Guerrero.
** Leonardo Chávez Guerrero, Ingeniero Mecánico Metalúrgico en 2001. Maestría en Materiales (2004) en la Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica de la UANL; Doctorado en Nanociencias y Nanotecnología (2008) en el Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica: Postdoctorado en la escuela de Química de la Universidad de St Andrews y es Nivel 1 del Sistema Nacional de Investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.