Por: Roel Guajardo Cantú / Editorial. El fútbol es la adicción más grande en el mundo con 3,500 millones de seguidores, se utiliza como un sedante para que la población se olvide momentáneamente de los grandes problemas de pobreza, injusticia, democracia e inseguridad que aqueja a la humanidad. Se usa de estimulante para desviar la atención de la sociedad, para sustituir desanimo por alegría ficticia y cortoplacista.
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