Por: Jazmín Ramos / Desarrollo Sustentable
Con motivo del 43 aniversario del Día Mundial de la Tierra, los gobiernos de diferentes países, así como organismos y comunidades en todo el orbe, celebran esta importante fecha con diversos actos que reafirman el compromiso social del cuidado del planeta.
Esta jornada conmemorativa la celebran más de mil millones de personas en todo el mundo en actividades planeadas en ciudades importantes como Beijing, Cairo, Melbourne, Londres, Río de Janeiro, Johannesburgo, Nueva Delhi, Nueva York, Ciudad de México y por supuesto Monterrey y su área metropolitana.
Esta celebración a nivel mundial se puso en marcha con el lema “El rostro del cambio climático”, una frase en la cual la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha querido enfocar la atención mundial acerca de impacto al medio ambiente que sufre el planeta a raíz del cambio climático.
A su vez, se busca crear conciencia en las personas acerca de los efectos nocivos de éste, tanto en los humanos como en los animales, los ecosistemas y en general todos los recursos naturales.
El Día de la Tierra es sin duda una fecha que sirve para que la población ponga como prioridad la necesidad de proteger el planeta que habitamos.
Uno de los objetivos de la celebración del Día de la Tierra es que no se queden en el olvido los efectos de este cambio climático así como a las víctimas que lo han padecido.
Ejemplos hay millones, desde un hombre en las Maldivas que se ve obligado a trasladar a su familia porque ha aumentado el nivel del mar, o bien, el cambio de programas de desarrollo social en diferentes municipios al sur de Nuevo León para utilizar los recursos en el combate a la sequía, o también el de un pescador del río Níger que vuelve a casa con las redes vacías hasta el oso polar en el deshielo ártico.
Los problemas a los que apunta esta celebración comenzaron a finales del siglo XVII cuando el ser humano comenzó a utilizar para su beneficio combustibles fósiles acumulados en el subsuelo terrestre, tales como carbón, petróleo o gas natural. Su quema supuso un considerable aumento de los niveles de CO2 en la atmósfera, y con ellos, de la temperatura.
Los organismos no gubernamentales que se dedican al cuidado del medio ambiente nos recuerdan en esta celebración que hay que tener plena conciencia del calentamiento global.
Estos grupos ambientalistas llevan años alertando a la población sobre sus efectos catastróficos por lo que vale la pena tener en cuenta las repercusiones, tanto económicas, como principalmente biológicas de nuestros hábitos que a la larga pueden afectar el bienestar de la humanidad.
La ONU proclamó esta celebración mundial el día 22 de abril de cada año como reconocimiento a la capacidad de la Tierra y sus ecosistemas en proporcionar vida y bienestar a la humanidad.
Es por ello que la ONU traslada directamente al hombre la responsabilidad del cuidado y respeto del planeta como su hogar que es.
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