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Centra UANL lucha en prevención de diabetes

Salud /

El oscurecimiento de la piel en zonas del cuerpo como el cuello, la ingle, la axila o los nudillos de las manos puede ser un indicador para desarrollar diabetes.

Desde hace una década, la Universidad Autónoma de Nuevo León investiga este signo clínico conocido científicamente como acantosis nigricans, trastorno cutáneo en el que se presenta la piel oscura o gruesa en las zonas del cuerpo ya mencionadas, y que es un marcador de resistencia a la insulina, sobre todo en adolescentes y jóvenes con sobrepeso u obesidad.

“Este hallazgo clínico en personas de entre 15 y 25 años de edad afecta a un 45 por ciento de esta población. En infantes de un año y medio a tres años, sanos aparentemente, encontramos esto en un 30 por ciento de ellos”, manifestó José Gerardo González González, Jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González” de la UANL.

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“Estos porcentajes indican un mayor riesgo de padecer obesidad y más adelante diabetes, así como otras enfermedades, como la hipertensión arterial, elevación del colesterol e hígado graso”, agregó el especialista.

Los retos contra la diabetes

El también profesor de la Facultad de Medicina José Gerardo González González señaló que la diabetes es un padecimiento metabólico que en la actualidad reta a los sistemas de salud de todos los países del mundo, ya que desde hace décadas es considerada como una pandemia silenciosa que afecta a nivel mundial con mayor incidencia en naciones en vías de desarrollo.

La diabetes tipo 2 es la más común y se presenta cuando los niveles de glucosa o azúcar en la sangre son demasiados altos.

Entre la población más propensa a desarrollar esta enfermedad están las personas con obesidad, hipertensión, hígado graso, ovarios poliquísticos, alopecia androgénica (calvicie) en edades tempranas, inactividad física e historia de diabetes en la familia.

“En casi nueve de 10 casos, la diabetes se asocia a la obesidad. Asimismo, la mayoría de estos casos se diagnostican después de los 35 años de edad, aunque cada vez es más frecuente que también veamos la diabetes tipo 2 en niños y adolescentes en la medida en que aumenta rápidamente la obesidad infantil”, añadió González González.

De acuerdo con el Servicio de Endocrinología del Hospital Universitario, la diabetes disminuye en promedio casi una década la esperanza de vida de los pacientes, ya que alrededor del 80 por ciento tendrá complicaciones cardiovasculares, el 40 por ciento desarrollará ceguera funcional y el 15 por ciento insuficiencia renal.

“Tomando en cuenta todo lo anterior, la prevención y la identificación de personas en riesgo de desarrollar diabetes y obesidad es la clave o el objetivo por el que debemos trabajar. Una vez identificado, enfocarnos en estrategias sin medicamentos encaminadas a modificar el estilo de vida y los hábitos alimenticios”, exhortó.

Fuente: PuntoU / El Portal de Monterrey

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