Editorial /
Los articulistas financieros de la CDMX y otros expertos, también chilangos, andan de fiesta porque hay calificadoras extranjeras que tienen amenazado al gobierno de México de reducir su calidad de pago a “cero”, a lo que también le dicen “bonos basura”, que derivaría en otra crisis en el país.
Les gusta el tema de las crisis porque así tienen materia para dar rienda suelta a la autoflagelación y seguir vigentes en lo que ahora se ha dado en llamar la “comentocracia”, es decir, el gremio de gremios que pulula en los medios.
Por nuestra parte, estimamos que las calificadoras y sus titiriteros deben ser prudentes y bajarle a su arrogancia toda vez que México y el mundo desarrollado, las potencias, andan de bajada con crecimientos promedio de menos 2 por ciento de lo que se derivan finanzas públicas empobrecidas.
De ahí que Trump siga empujando el nacionalismo, lo hecho en Estados Unidos, procurar el empleo allá e impedir que entren más extranjeros ilegales, entre otros rollos.
China también anda en lo suyo, pero acaparando producción y mercados en donde se pueda para compensar el ajuste de su PIB, luego de la irrupción que tuvo como el mercado más atractivo de la mayor parte del mundo que hacia allá remitía exportaciones.
Pero los chinos ya pintaron los cuernos y siguen dispuestos a liderar los mercados: financieros y manufactureros, así como la explotación de los recursos naturales, como el petróleo.
Las economías promedio se siguen desacelerando, luego en México no es novedad que el PIB se ubique este año en 2 o menos 2 por ciento.
En lo relacionado a las calificadoras y su “preocupación” por PEMEX y las finanzas gubernamentales, es una posición que intenta presionar al gobierno de AMLO quien no se intimida y, en cambio, ya también les puso el dedo: son hipócritas porque en el pasado nada dijeron sobre reformas energéticas que no han producido un barril de crudo.
En ese sentido, el gobierno de AMLO está en franco reto con las calificadoras y les ha dicho que al final se van a poder comparar los resultados.
Véase que ahora los comentaristas “expertos” mexicanos en finanzas ya erradicaron de sus análisis las bondades de la estabilidad de los “fundamentos macroeconómicos”, hoy ven como única preocupación la situación del petróleo, tema al que el dan mucha importancia y luego se contradicen al señalar que ya no conviene invertir en el crudo porque muy pronto será relevado por las energías limpias. ¡Averígüelo, Vargas!
Por: Pedro García / El Portal de Monterrey