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“Lo contrario al trauma (social) son los encuentros: ver unido a gobierno, empresa, universidad, ver firmar un convenio, se convierte en un encuentro que empieza a generar esperanza y vínculo, y es como vamos haciendo el proceso de reconstrucción del tejido social”, afirmó el presbítero Jorge Atilano González Candia, en la Universidad de Monterrey.
El director del Centro de Investigación y Acción Social, Jesuitas por la Paz, ofreció este mediodía la conferencia La fractura social que nos hace violentos, dentro del Conversatorio Reconstrucción del tejido social, una apuesta por la paz, organizado por el Centro para la Solidaridad y la Filantropía de la UDEM.
La plática se realizó en la Sala Polivalente del Centro Roberto Garza Sada de Arte, Arquitectura y Diseño, en donde se reunieron miembros de instituciones de gobierno, organismos no gubernamentales, académicos y funcionarios federales y estatales.
En su intervención, González Candia destacó la necesidad de construir encuentros capaces de resignificar los hechos traumáticos a través de “ritos o símbolos” para lograr que las personas construyan una identidad que lleve a fortalecer los vínculos existenciales y acuerdos que favorezcan el “buen convivir”.
“Tenemos que ser creativos después de todo un proceso de análisis sobre qué tipo de encuentros son los que necesitamos, tanto familiares como vecinales, en el mundo de la educación o en la relación entre ciudadanía y gobierno”, indicó.
El activista expuso los resultados de diversos proyectos de reconstrucción del tejido social desarrollados por Centro de Investigación y Acción Social, Jesuitas por la Paz, realizado por once equipos en seis estados en el país.
González Candia señaló que la violencia tiene sus raíces en un proceso de desvinculación social y existencial que ha deteriorado los sistemas que regulan la conducta, favorecido por el individualismo y la deficiencia de los sistemas de justicia.
“Las experiencias de desvinculación generan traumas comunitarios que desorganizan los valores, desconectan del contexto, hacen perder memoria sana y conducen al aislamiento o la agresividad”, sostuvo.
Agregó que, en la actualidad, se han posicionado los “mitos individuales” y los “ritos exclusivos”, dejando de lado los “mitos comunes” y los “ritos incluyentes”, fundamentales para tener vínculos sociales y acuerdos de convivencia.
González Candia explicó que existen elementos que fomentan la reconstrucción del tejido social, como la identidad, los vínculos y los acuerdos, a través de herramientas como las narrativas (símbolos, personajes, costumbres), la conversación, las relaciones, la celebración, las asambleas y la deliberación consciente.
En su diagnóstico, refirió que la fragmentación social se debe a que, en donde debería haber vínculos sociales, se han instalado el individualismo y la desconfianza; se han posicionado narrativas de éxito personal, de fracaso o de miedo; y faltan mecanismos para atender los conflictos.
González Candia estableció que los espacios sociales o “componentes” de la reconstrucción del tejido social incluyen la familia, la escuela, el barrio, el trabajo, el gobierno y las iglesias.
Y para impulsar esta transformación positiva, se firmó un convenio entre sociedad civil, academia e iniciativa privada para que se difunda y se implemente la metodología de reconstrucción del tejido social establecida por González Candia, a través de la generación del conocimiento basado en evidencia y la articulación de intervenciones comunitarias con alto impacto social.
El documento fue firmado por Isabella Navarro Grueter, vicerrectora de Formación Integral de la UDEM; Mayra Elena Hernández Maciel, secretaria técnica de Mesa Metrópoli Monterrey; y González Candia, coordinador del Centro de Investigación y Acción Social por la Paz, con Kana Fernandez, consejera de la UDEM como testigo de honor.
Especial / El Portal de Monterrey