Educación |
“La educación es un acto de esperanza, esperanza de ver el futuro, el futuro que queremos construir y que queremos vivir”, expresó monseñor Alfonso Cortés Contreras, arzobispo emérito de León, quien subrayó la misión de las universidades como espacios de construcción colectiva y visión trascendente, durante la celebración del 56 aniversario de la Universidad de Monterrey
La emotiva ceremonia se realizó este lunes 8 de septiembre, en el Teatro UDEM, donde la comunidad universitaria se congregó para participar en una misa de acción de gracias.
El evento fue encabezado por el rector Mario Páez González, acompañado por vicerrectores, directivos académicos, docentes y estudiantes, quienes se unieron para conmemorar más de medio siglo de historia, logros y evolución institucional.
El aniversario no solo marcó un momento de reflexión, sino también de renovación del compromiso con los valores que han guiado a la UDEM desde su fundación.
La eucaristía fue presidida por Cortés Contreras, quien también es responsable de la Dimensión Episcopal de la Pastoral Educativa y de Cultura, y miembro del Pontificio Consejo de la Cultura, quien compartió un mensaje inspirador sobre el papel transformador de la educación, y quien estuvo apoyado por el padre Alejandro González, capellán del UDEM, y el diácono Luis Mazatán, director de espiritualidad en las prepas UDEM.
El religioso indicó que la educación es una mirada al futuro y un acto de confianza en la capacidad de las personas para transformar el mañana.
Monseñor Cortés Contreras subrayó que la educación es un eco de la palabra de Dios, que resuena y crea al ser humano. Dicha palabra, al ser asimilada, puede re-crear a la persona.
El obispo emérito también comentó que una de las tareas fundamentales de toda universidad es pasar del saber a la sabiduría. Dicha sabiduría, dijo, debe ser profunda y práctica, y agregó que esta tarea se logra mediante la formación integral de los estudiantes.
Monseñor Cortés Contreras agregó que las instituciones educativas tienen el deber de formar en la trascendencia. Así, se educa a las personas en virtudes mayores, no solo en menores.
“A veces nos educamos en el ahorro y no en ser generosos también. Se nos enseña a triunfar, pero también debemos enseñar al ser humano al sacrificio, a afrontar el fracaso y la desilusión”, advirtió.
El segundo deber de una universidad, apuntó, es formar personas competentes que sientan amor por la ciencia y por el conocimiento en toda su extensión.
“La Universidad es un lugar propicio, es el mejor lugar para hacer un diálogo entre la Fe y la Cultura”, enfatizó el obispo, subrayando la importancia de este encuentro para el crecimiento personal y social.
El rector, Mario Páez González, recordó que la visión de las cinco congregaciones religiosas y los empresarios fue siempre en beneficio del prójimo y de los estudiantes.
“Han pasado ya más de 60 mil estudiantes, 60 mil graduados que son testigos del éxito de esta universidad, de aquella visión que se tuvo hace 56 años”, puntualizó.
El rector concluyó que, si bien la UDEM es una universidad joven, sus cimientos son muy sólidos y estables, lo que le permite seguir creciendo.
Redacción | El Portal de Monterrey