Editorial |
Once Varas | Por: Obed Campos
De dientes para afuera, los miembros del Partido Movimiento Ciudadano, o como se le conoce popularmente, Movimiento Naranja, presumen una unidad que existe nada más en sus sueños, porque, como todo barco de bucaneros, las puñaladas por la espalda están a todo lo que da y a la orden del día.
Le explico lo de barco de bucaneros: no es un secreto que el partido propiedad de Dante Delgado Ranauro, a nivel nacional, cuenta con “sucursales” en dos estados y varios municipios, y está lleno de puros ex de otros partidos, resentidos hasta la pared de enfrente porque en donde estaban no los pelaban.
Y en MC se dan con todo y por todos lados…
En Nuevo León hay una ruptura casi casi irreparable en MC. Y a Samuel García y “su majestad sigilosa”, Luis Donaldo Colosio Riojas Primero, andan más preocupados por el tema federal y francamente los municipios les valen una pura y dos con sal. A Agustín Basave si no le apura tomar el cargo de Secretario del Ayuntamiento en Monterrey, usted cree que le preocupa el partido. Yo no.
Eso más el irreparable distanciamiento entre Colosio y Samuel…
(Conste que lo de “majestad sigilosa” le viene al dedillo a Luis Donaldo, quien ni ruido hace, porque francamente nunca está en su silla).
Pero no se me pierda, porque Guadalupe es el municipio que origina una muy muy delicada ruptura y fractura en Movimiento Ciudadano de Nuevo León.
De una ruptura y desastre estatal en el partido donde todo mundo ve por sus propios intereses y no los de los ciudadanos
En resumen, no hay unidad. MC está fracturado… Y sus dueños se equivocan al hacer control de daños, porque por ejemplo, mandan a Laura Paula López, quien ocupa el cargo de Presidenta Ejecutiva del Instituto Estatal de las Mujeres y a Martha Herrera, Secretaría de Igualdad e Inclusión a tratar de conciliar… pero para empezar no es un secreto que Laura Paula siente que merece la alcaldía de Guadalupe, pero…
Pero esa silla también la añora Héctor García García, y José Luis Garza Garza, aunque por ahí se asoma Paola Linares, hija de Laura Paula y actual regidora de Guadalupe, aunque seguramente le van a decir que busque la diputación de Héctor García que es el Distrito 13, o por ahí.
Pero el mueblero José Luis Garza Garza siempre ha querido ser alcalde. Y le ha metido mucho dinero a MC. De hecho ya fue candidato en el 2021 y anda muy dolido por como lo han tratado en el partido naranja y porque ha tenido serias diferencias y desencuentros con Héctor García, quien siente que el suelo de Guadalupe no lo merece, porque le pertenece.
HAY AUSENCIAS QUE TRIUNFAN
El punto es que el mueblero José Luis los dejó con “la pata lavada”, como dicen en el rancho cuando alguien te deja plantado, en el evento del sábado pasado en la inauguración de “La Casa Naranja”.
Los inconformes en el paraíso naranja me dicen que si Laura Paula quería ser, ella hubiera puesto la casa, pero no sé aventó. José Luis Garza tampoco. Y Héctor García sí. ¿Por qué? Pues quién sabe de quién será la casa… El que lo adivine será un buen adivinador.
Lo cierto es que el tema se repite en todos los municipio del estado, en los que se sabe que si MC no cumple pactos, José Luis Garza y los de MC en todos municipios, como en Apodaca, Guadalupe y Santa Catarina se van a ir con otro partido.
Unos dicen que los ganones serían los morados de Morena ya ve que ese partido está lleno de decepcionados.
Un consejo de cuates: Héctor García debe de dejar su muy descarada obsesión por ser a toda costa el candidato a la alcaldía de Guadalupe por el partido que sea… A final de cuentas el priista causa el desorden la harmonía de MC, y esto no lo invento yo… así se percibe.
Lejos de beneficiar, Héctor perjudica, por ejemplo, usando empleados municipales en sus campañas personales.
Y pues, como dice el clásico, veremos… y diremos. O sea la casa Naranja de Guadalupe fue la gota.
Samuel: Habría que poner orden al Partido Naranja en Guadalupe si no quieren una derrota electoral abrumadora en 2024 en todo Nuevo León.
Las expresiones e imágenes vertidas en esta columna de opinión, son responsabilidad únicamente de su autor y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Portal de Monterrey