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La ira, el llanto y la tristeza son algunos de los sentimientos que los padres pueden desencadenar en los hijos cuando los infantes practican un deporte y se sienten presionados por sus progenitores.
Y esta situación, en donde los papás tienen esta obsesión por ver ganar a sus pequeños, hace que aquellos manifiesten comportamientos como el dar instrucciones técnicas aunque desconozcan del deporte, quieran mantener el control emocional del infante, lleguen a decirles: “siempre tienes que ganar”, incluso, en ocasiones, amenazan a los hijos con sacarlos de la disciplina deportiva si no dan resultados.
Por ello, para la psicóloga del deporte de la Universidad Autónoma de Nuevo León Amanda Zurita, una regla importante en la etapa infantil es que el deporte es formativo, y que se le debe presentar al menor como un juego y no como una competencia.
“A veces a los padres les cuesta mucho entender esto, porque en ocasiones tienen la confusión de que están criando a hijos mediocres o poco competitivos”, menciona Amanda Zurita, Maestra en Psicología del Deporte por la UANL.
Para Zurita, la presión se presenta en cualquier etapa de la infancia, pero no depende tanto de a qué edad ocurra, sino de la visión que tengan los padres al llevar a sus hijos a practicar deporte.
La proyección de los padres
En la mayoría de las ocasiones, la vida deportiva competitiva que tuvieron los padres en su infancia también la quieren ver reflejada en sus hijos con triunfos y buenos resultados.
Por ejemplo, si el papá practicó futbol en el alto rendimiento y el hijo lo hace en el tenis, a pesar de que son disciplinas diferentes, el padre quiere que su hijo sobresalga y esto pasa porque el papá vivió en un ambiente competitivo, sin embargo, se puede convertir en una presión para el infante.
De acuerdo con la también psicóloga por la Universidad Autónoma de Nayarit Amanda Zurita, algo que relaja mucho a las niñas y niños es decirles que se diviertan y cuando lo hacen sacan su mayor rendimiento deportivo debido a que la atención ya no está en ganarle al rival, sino en la diversión y disfrutarlo lo mejor posible.
“Dos frases que ayudan mucho a los pequeños son: ‘diviértete’ y ‘aquí estoy para apoyarte’. E independientemente de que los infantes ganen o pierdan en la competencia, es importante que los padres les demuestren que su amor es incondicional, ya que pasa que los papás se enojan cuando el niño pierde y aquí se le está dando un mensaje al pequeño que suele ser muy confuso a nivel personal y emocional”, agrega Zurita.
Respuesta de los infantes a la presión
- Llanto
- Tristeza
- Ira
- Enojo
- Frustración
- Hostilidad
En estos casos, la especialista Amanda Zurita recomienda acudir con un psicólogo para ayudar tanto a los padres como a los hijos para que tengan una guía para que la práctica deportiva sea más sana.
“Hay casos en que los padres hablan con los niños, y esto sirve, pero para los infantes ayuda más que los papás den el ejemplo y se comporten de una manera coherente con lo que dicen, porque si cuando llega la competencia el papá le dice al infante: ‘diviértete’, pero ya en el juego le está gritando y se enoja, el pequeño no va a entender tanto el mensaje verbal, sino lo que está viviendo en el momento”, recalca la psicóloga.
Presión en alto rendimiento es diferente
En la etapa infantil también es común que los padres o entrenadores descubran en los infantes un talento extraordinario que lleva a los pequeños a ser reclutados por institutos estatales del deporte que, a pesar de su corta edad, implica prepararlos para el alto rendimiento.
Y en este escenario, la presión hacia el menor sí es diferente, asegura la psicóloga del deporte de la Universidad Autónoma de Nuevo León, sin embargo, no está peleado con pedirle al infante que se divierta.
En contextos donde la niña o niño se prepararán para el alto rendimiento en el futuro, agrega, es importante inculcarles que sean pacientes y que respeten sus procesos en el deporte y que no quieran ganar en todas las competencias de manera inmediata.
“Hay que enseñarles mucho a ser pacientes y que comprendan que en el deporte todo lleva un proceso y que hay que trabajar a mediano y largo plazo, porque cuando están en esta etapa competitiva, lo que los niños creen es que todo les tiene que salir a la primera y que no deben de fallar. También hay que enseñarles a ser compasivos consigo mismos y que tengan paciencia en este aprendizaje”, argumenta la especialista, quien participó en el Campeonato Mundial de Gimnasia Aeróbica en 2018.
Fuente: Punto U / El Portal de Monterrey