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Debido a que la enfermedad de Parkinson es un padecimiento con el que las personas podrían convivir por largo tiempo sin darse cuenta, la Universidad Autónoma de Nuevo León, invita este 11 de abril, Día Mundial del Parkinson, a que la sociedad en general tome conciencia de que este mal puede atenderse profesionalmente si se logra detectarlo a tiempo.
Aunque afecta con mayor frecuencia a las personas de la tercera edad, el desorden neurodegenerativo característico del mal de Parkinson podría presentar “síntomas invisibles” en personas jóvenes o adultos que en un futuro sufrirían Parkinson, explicó Ingrid Estrada Bellmann, coordinadora de la Clínica de Parkinson y Trastornos del Movimiento del Hospital Universitario.
“Los síntomas invisibles son manifestaciones que no suelen relacionarse con alguna enfermedad, como el trastorno del sueño, ya sea en forma de pesadillas o sueños vívidos, es decir, que las personas se despierten con frecuencia por las noches; o bien la presencia de piernas inquietas, ansiedad o depresión; además de una disminución en el sentido del olfato en el 90 por ciento de los pacientes”.
Estrada Bellmann mencionó también que estos síntomas que en un principio parecían inofensivos empiezan a volverse más recurrentes con el paso del tiempo reduciendo progresivamente la calidad de vida de quienes viven con este padecimiento.
El mal de Parkinson ocupa el segundo lugar en cuanto a presencia de las enfermedades neurodegenerativas y de trastorno del movimiento, sólo detrás de la enfermedad de Alzheimer.
Esta condición afecta principalmente al género masculino con un promedio de edad que va de los 58 a los 64 años, si bien hoy en día se reconoce que una de cada 100 personas mayores de 60 años tiene el riesgo de presentar la enfermedad.
“En México se cuenta con el registro de que 40 de cada 100 mil habitantes corren el riesgo de manifestar la enfermedad de Parkinson”, señaló la coordinadora de la clínica encargada de su atención en la UANL.
“No existe un mecanismo o una razón que explique el surgimiento del Parkinson, aunque hay hipótesis que apuntan a que algunos pesticidas que destruyen las neuronas pudieran generarlo”, apuntó, sin dejar de lado algunas otras deficiencias de la salud como posibles detonadoras.
Para su diagnóstico, los pacientes son sometidos a una serie de pruebas para verificar si efectivamente están siendo afectados por el síndrome de Parkinson, acción que destaca la especialista al considerar crucial en su tratamiento la detección temprana.
“El tiempo que suele tarda un paciente en llegar al médico para una evaluación de Parkinson es un año con ocho meses o hasta después de los dos años de que los síntomas se le han agravado”, agregó la especialista universitaria, “a pesar de que la enfermedad podría ‘despertar’ de 5 a 20 años después de los síntomas invisibles”.
Por ello, desde hace ocho años, todos los viernes en la Clínica de Parkinson y Trastornos del Movimiento del Hospital Universitario se realiza un programa que busca educar al paciente y atender las necesidades de las personas con esta enfermedad.
“Tenemos un equipo muy completo de médicos que brindan atención a la comunidad en general y que atienden todas las situaciones que pudieran generarse en torno a este padecimiento”, comentó Estrada Bellmann, e invitó a quien presente síntomas anteriormente mencionados, favor de agendar una consulta en el Departamento de Neurología al teléfono 8333-7693.
