El Portal de Monterrey
Por: Roel Guajardo Cantú / Editorial
La historia política de México se inscribe en un régimen de partidos.
La Reforma Política aprobada en el 2014 por necesidades naturales y presión de la población, permite la participación libre de los ciudadanos, sin tener la obligatoriedad de recurrir a un partido político para participar en los procesos electorales.
Ahora se hace efectivo el derecho constitucional de que un ciudadano puede votar y ser votado. La sociedad está cansada de la imagen y práctica que los políticos hacen de los partidos políticos.
La ciudadanía está harta de que los funcionarios y políticos hagan de los partidos una agencia de colocaciones, un club de complicidades, un negocio de familia. Los ciudadanos estamos hasta la coronilla de que los políticos usen a los partidos para accesar al poder y enriquecerse, en lugar de buscar el bienestar de la gente.
La actual reforma política no es gratuita, es producto de una demanda de la sociedad, es una respuesta a los movimientos ciudadanos, es una alternativa al serio desgaste de los partidos políticos tradicionales, es una opción para oxigenar la práctica democrática en México.
Abre la puerta para que los ciudadanos con partido o sin partido político puedan o podamos participar en la vida pública del País y darle rumbo a México. Ahora la población que ha construido y trabajado diferentes movimientos ciudadanos tiene o tenemos más opciones y no necesariamente militar en un partido.
Los partidos políticos son instrumentos buenos para llegar al poder y buscar desde el Estado dignificar la vida de las familias, pero cuando se prostituyen y se ahogan en la corrupción y en el propio enriquecimiento de los gobernantes que encumbran, generan impunidad y pobreza en la sociedad.
Por eso ahora, ha llegado el momento de los ciudadanos. Es tiempo de que los ciudadanos tomemos las causas ciudadanas, apoyemos los movimientos ciudadanos y construyamos partidos ciudadanos para hacer mejor las cosas y alcanzar un futuro con esperanza para todos.
