Especial / Innovación
Con un impacto en la salud de los habitantes de los hogares de la comunidad de Los Lirios, ubicada en la sierra de Arteaga, en Coahuila, un modelo de estufa que evita la exposición al humo obtuvo el primer lugar del concurso “¡Ya estufas!”, una iniciativa de estudiantes de la Universidad de Monterrey.
Un implemento sencillo fue la solución que propuso un grupo, integrado por estudiantes de la UDEM, la UANL y el Tec de Monterrey, para crear la “estufa roca”, que recibió el premio de cuatro mil pesos, en el certamen convocado por el proyecto San Orestes, encabezado por un alumno del programa académico de Médico Cirujano y Partero.
El premio fue entregado en una ceremonia, con la participación de Isabella Navarro Grueter, vicerrectora de Formación Integral; y Luis Portales Derbez, director del Laboratorio de Transformación Social de la UDEM; así como los alumnos integrantes de San Orestes, en días pasados, en una de las aulas de posgrado.
Ricardo Mercado, Óscar Morales, César de la Garza y Arturo Pérez fueron los creadores de la propuesta innovadora, en beneficio, hasta ahora, de al menos una familia, aunque se espera instalarlo en más hogares de esta comunidad, que tiene una elevación de 2 mil 500 metros sobre el nivel del mar y se ubica a una hora y 15 minutos de Monterrey.
Bernardo Villarreal Rodríguez, líder de San Orestes y becario de la cuarta generación del programa Formar para Transformar desde 2015, comentó que el proyecto inició con la implementación de brigadas médicas en la comunidad, al percibir los problemas de salud en vías respiratorias que presentaban los habitantes.
“Se hicieron estudios diagnósticos para hacer un proceso social; pudimos establecer a qué nos íbamos a dirigir, pero elegimos las más indispensables: primero la salud, después la economía y, al final, el agua potable”, explicó.
“Relacionamos los problemas respiratorios que detectamos en la brigada médica con el uso del fogón; es exagerado lo que usan la estufa y la leña”, narró.
Con Portales Derbez como asesor, descubrieron que existen en el mercado muchos proyectos de estufas ecológicas, pero consideraron que era necesario hacer un estudio específico de las necesidades de la comunidad: la costumbre era cocinar con un rin de tráiler.
“Al investigar, nos dimos cuenta de que hay muchos proyectos para estufas ecológicas, no es algo nuevo, lo fácil era comprar una de esas estufas y ponerla (…) lo que nosotros quisimos innovar e involucrar a la comunidad universitaria (…) porque hay mucho rechazo a ese otro tipo de proyectos”, advirtió.
El premio lo obtuvo la “estufa roca” porque, de acuerdo con Bernardo, “fue una propuesta muy económica y muy apegada al fogón real de Los Lirios”, en el que “además del rin, ponen una base de concreto o una mesa con patas, y un escape; le hacen un orificio al rin para que se alimente el fuego del aire; pero por esos mismos orificios es por donde salía el humo y se intoxicaba la gente”.
“Lo que hicieron los ganadores es poner el rin y hacer un orificio en la pared de la cocina, de manera que el aire que alimenta venga de fuera de la casa y salga por ahí mismo, sin ningún contacto hacia adentro”, describió.
En la convocatoria, participaron siete equipos: seis eran de la UDEM −incluso uno de ellos de Prepa− y un equipo interuniversitario.
Su siguiente proyecto es trabajar en el eje de la economía en la misma comunidad, con lo que se involucrará a los universitarios en otra convocatoria para que, en equipos de tres o cuatro estudiantes de la Escuela de Negocios de la UDEM, se cree un modelo de negocio social.