Editorial |
Once Varas | Por: Obed Campos
¿Recuerda usted que le dije de la cena de militantes de Morena que acabaría clasificando a esa extirpe en dos clases, los “pudientes y los jodidos” y que organizaron Waldo Fernández y Judith Díaz en cierto restaurante de San Jerónimo?
Pues pese a que la invitación circuló por toda la izquierda (si es que esa corriente existe en Nuevo León) y a que acudió la siempre aguerrida y popular Tatiana Clouthier como estrella de la noche, la verdad es que no tuvo la respuesta que los organizadores esperaban.
No se sabe si porque los morenistas de Nuevo León le hagan caso a López y quieran vivir una humilde “vida franciscana” o porque se les hizo mucho pagar 270 pesos de “cover”, como en los antros, pero la reunión estuvo desangelada.
Tatiana, como siempre, le echó todas las ganas al tema, pero de nada valió, porque su esfuerzo se pareció a la voz que clama en el desierto.
Por lo pronto se vio muy escasa la concurrencia de militantes que si cuentan con 270 varos y muchos, como Bertha Puga, hicieron hasta lo imposible por no salir en la foto de grupo.
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