Editorial |
Once Varas| Por: Obed Campos
De los pocos militares que aún sobreviven en la nómina de Fuerza Civil (FC), de la cual se habían apoderado desde el nacimiento de la corporación resalta el peculiar mayor Oscar Benítez Pérez, Jefe de Operaciones de la corporación “Sección III”, cualquier cosa que el nombre y el número de la sección signifique.
Pues las quejas en contra de Benítez Pérez, quien cobra dos cheques, uno en la corporación estatal y otro en la nómina de las fuerzas armadas federales, van desde ese abuso de poder, hasta su adicción por la santería y cuentan que en su dormitorio dentro de la corporación festeja sus ritos y hasta mata animales para ofrecerlos en sacrificio…
Esto aparte de que el tipo es mala onda, prepotente y mamón, en pocas palabras, porque a nadie asusta con sus ritos.
Pero lo más ridículo no es la santería, sino que cobre 80 mil pesos al mes, y no supiera escoger una clave más seria, por lo que por radio se le conoce como “El Profe”…
La tropa festeja que de la mala huella que dejaron los militares en FC, ya solo queda “El Profe” y otro que usa “Azteca” como su clave para que nadie conozca su identidad.
¡Asústame, panteón!
PATY ECHADA PA’ DELANTE
A Eva Patricia Salazar Marroquín la conozco no de ahorita, sino de hace como 50 años, cuando éramos niños y vecinos por la calle Victoria en el centro de Allende.
Por eso sé de lo que hablo…
Paty, quien al paso de los años y de puritito esfuerzo (porque nada le han regalado) logró sobresalir en un mundo de hombres, un mundo misógino y machista que obliga a las mujeres como ella a conseguirse un título o un lugar casi de escaladoras, porque siempre tienen que ir cuesta arriba.
A Eva Patricia Salazar Marroquín la mueven dos amores y me consta: uno es el infinito e incondicional amor que le tiene a su familia, a sus padres, hermanos, esposo e hijas y el otro es el amor, nacido de su vocación de servicio, que ha puesto, junto con un buen pedazo de su corazón, a disposición de su pueblo, Allende.
Grandes hombres y grandes mujeres enfrentan siempre grandes retos. Paty acaba de tomar una apuesta, y no por ella, sino por el futuro de su pequeña ciudad. Tuvo que cambiar de colores pero no pensando en su beneficio propio, sino el de su administración.
Allende tiene muchas carencias y muchas necesidades, que a ojos vistos el PRI no les iba a resolver, es cierto, pero lo que más le urge al otrora pueblito, es más gente como Paty, que quieran y velen por el bien de la comunidad… Al coste que sea.
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