Por: Roel Guajardo / Editorial
La ciudad capital del Nuevo León tiene grandes problemas de deuda pública, sus calles y avenidas están destruidas y padecemos de una pésima planeación urbana, porque hemos dejado la ciudad en manos de los más torpes, ineptos y corruptos funcionarios del PRI y del PAN.
Monterrey vive la más fuerte inseguridad del norte del país al igual que Tamaulipas o peor aún,porque hay corrupción, impunidad y complicidad entre las autoridades y los malos.
Los ciudadanos regios vivimos todos los días un viacrucis por el mal, desastroso y carísimo transporte público, la falta de una vialidad adecuada y funcional.
En Monterrey padecemos el más ineficiente drenaje pluvial y cada vez que llueve nuestras calles, avenidas y puentes se inundan y pone en peligro a la ciudadanía, porque el moche es el principal valor de los funcionarios públicos.
Aun así, nuestra ciudad tiene la esperanza de renacer con un buen gobierno.
Monterrey tiene la alternativa de recobrar su grandeza con una nueva opción política, que piense en grande y en serio para restablecer los valores en nuestra ciudad y acabar con las prácticas de los moches y la corrupción.
Monterrey tiene que poner por delante los valores de la familia y su desarrollo, para resurgir como la principal ciudad de México y Latinoamérica.
La fórmula de Yamilett Orduña como candidata a la alcaldía de Monterrey del
Partido Encuentro Social, el partido de la familia y los valores y de Jaime Rodríguez Calderón “el bronco” candidato independiente al gobierno del estado, le dan a Monterrey una esperanza y una seria alternativa para renacer.