Editorial |
Once Varas | Por: Obed Campos
Observadores políticos de los serios, apuntaron desde ayer que la novela de la instalación o no instalación de una planta de Tesla en Santa Catarina, México, fue aprovechada y preparada para desviar la atención del público por el gran manipulador de esta historia, es decir, el señor López.
Y todo para que ya no se hablara más sobre si la marcha para defender al INE fue o no un éxito, o que si la ministra plagiadora iba a renunciar o no, o la nueva embestida del “Plan B” para la reforma electoral, más la guerra cada vez más cruenta contra el narco así como otras minucias.
Y en esta ocasión, la excusa de López esta vez parece que no era excusa: la falta de agua es una realidad, sin embargo, ya ve usted que dice el dicho que donde aprieta no chorrea y aparentemente, como en la cumbia, no es que Elon Musk no apriete, sino que sabe apretar.
Y a todo esto ¿dónde andaba Jesús Angel Nava Rivera, el ex payasito “Tofito” quien en sus tiempos libres cobra como alcalde de Santa Catarina, municipio donde se va a instalar la “gigaplanta” con una inversión de tantos ceros como nunca? Ya le platicaré más adelante…
Es que, como dice el título de esta entrega, lo que está ocurriendo en Nuevo León “no es sequía… es saqueo” y el jueves 23 de febrero pasado una cena que reunió a muchos invitados y que costó, en efectivo, unos de 150 mil pesos (comprobado con ticket) fue el evento del año de “la Mafia de Corleones Naranjas” que controla los destinos de la paraestatal Agua y Drenaje.
¿Que qué tiene que ver esto con el affaire de Tesla? Ah, pues no se quejaba el dueño del púlpito mañanero que no hay agua en Nuevo León…
Pero el caso es que el jueves 23 de febrero celebraron el cumpleaños de Rafael González Chío, un tamaulipeco quien en el sexenio pasado de allá salió huyendo perseguido por c{arteles… Y por el entonces gobernador Cabeza de Vaca acusado de un desfalco millonario ¡En el sistema de agua potable estatal!
Pues bien, González Chío logró colársele a Juan Ignacio Barragán Villarreal a principios de esta administración en Agua y Drenaje de Monterrey, pero por malos manejos tuvo que darlo de baja hace meses, aunque de la noche a la mañana, como en una obra barata de magos de barriada, González Chío reapareció de la nada y regresó por sus fueros a la paraestatal… aunque ya no está en nómina y cobra por honorarios, lo cual es lo de menos.
Se puede decir que misteriosamente “no estaba muerto porque andaba de parrandas” y como sabe de maletas, de esas pesadas pesadas, pues Barragán lo reactivó y lo revivió y para celebrar su cumpleaños mandó cerrar una parte de “Los Hidalgo”, un exclusivo restaurant-bar de San Pedro Garza García, donde hasta le permitieron la colocación de tabla-roca en ciertas partes, para que pudieran tener la fiesta en intimidad él y sus invitados.
Me dicen que los videos de Los Hidalgos de ese día deberían ser asegurados por la Fiscalía General de Justicia, antes de que caigan en malas manos, porque la parranda duró más de siete horas entre casi puros hombres de quorum y sirvió para leerle la cartilla a proveedores de Agua y Drenaje con quienes se acordaron las cuotas de este año. Se habla de 650 millones de pesos.
No deje de leerme en la siguiente entrega porque le diré quiénes fueron los funcionarios cercanos a AMLO invitados al aquelarre multimillonario y orgía gastronómica de González Chío.
Y ¿DÓNDE ANDABA EL ACALDE?
Mientras Santa Catarina, Nuevo León y casi toda la población pensante del país contenía el aliento y desojaba la margarita en torno a la instalación o no instalación de la “gigaplanta” de Tesla, Jesús Angel Nava Rivera, “Tofito” hacía honor a su apodo y fue a la Ciudad de México para según él, presentar las denuncias por irregularidades en contra de los ex alcaldes de su municipio, los panistas Víctor Pérez, Héctor Castillo y varios funcionarios, entre ellos Concho Pérez hermano de Víctor.
Mañana le daré más datos pero le adelanto “Tofito” voló a la CDMX a bordo de un jet privado, el cual le fue facilitado por un priista de alta alcurnia de Nuevo León… y es tan ingenuo que hasta se tomó una foto a bordo de la exclusiva aeronave.
Y aclaro porque ya me aclararon: el avión no es de ningún ex alcalde ex priista de Escobedo y el regidor Javier Martínez, ex panista, hijo de Javier Martínez “El Chespirito”, quien perdió la elección contra Irma Adriana Garza Villarreal en el 2003, es quien acompañó a Nava Rivera en la foto y en su viaje a la capital del país.
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