Editorial |
Once Varas | Por: Obed Campos
La salida obligada del ahora exsecretario de Seguridad Pública de Santa Catarina, forzaría, en otras circunstancias, a una explicación pedida por el ayuntamiento (si los regidores no fueran unos agachones levantadedos) de parte de Jesús Nava Rivera, alias “Tofito”, el ex payaso que preside el vapuleado municipio.
Pero no: con una triste hoja de boletín de prensa, el Gobierno municipal informó que el capitán del Ejército Mexicano, Marco Antonio Zavala Solís, dejó al cargo de Secretario de Seguridad Pública y Vialidad del Municipio.
Sin explicación ninguna, como se merecería este delicado relevo, se dijo que será sustituido por el teniente, también militar del Ejército Mexicano, José María Ramírez Reyes a quien nombraron simplemente encargado del despacho.
En cristiano: Seguridad Pública de Santa queda como pollo descabezado y en total oscuridad, ya que “motivos estrictamente personales y con carácter de irrevocable” sellan la renuncia y la boca del alcalde.
“Agradezco la confianza depositada en mi persona para desempeñarme en el cargo conferido que siempre lo hice con disciplina, lealtad y obediencia, sin embargo, las circunstancias personales no me permiten más desempeñarme en dicho cargo” dicen que dijo el milite en su despedida.
Hay que recordar que “Tofito”, quien se creyó de las mujeres consentido, de los 11 secretarios que tenía bajo su mando ya había corrido a 9 y le faltaban nada más este de seguridad y Jose Luis Doria Mata, de servicios públicos.
Los expertos en rumorología de Santa Catarina, que, créame, son un chingo, me mandaron ayer una tonelada de suposiciones, del verbo supositorio, en torno a ese cambio tan delicado.
Lo más creíble es que los dueños de las maletas con las que pagaron el cambio de playera partidista del alcalde, estén cobrando sus regalías y haciendo sus reacomodos para operar con mayor comodidad y holgura en ese municipio que entrada a la Huasteca y salida a Saltillo.
Y se verán peores cosas, diría el profeta.
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