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El Rector Jesús Ancer Rodríguez entregó una escultura en vidrio de la Flama Universitaria a cada una de las galardonadas, a quienes reconoció como mujeres admirables, ejemplo de éxito para las nuevas generaciones de estudiantes.

Todas las recipiendarias coincidieron en que la igualdad de género se está trabajando y que hay avances, pero en algún momento de su vida profesional, laboral e incluso familiar han sufrido el desdén por el simple hecho de ser mujer.
La ingeniera María del Socorro Bermúdez compartió que a sus 23 años le fue asignada la Gerencia de una sucursal bancaria, no sin antes dejarle claro que nunca hubo mujeres en ese cargo por ser consideradas incapaces para ello; hoy es Directora de Banca Comercial BanRegio.

En la ceremonia también fueron reconocidas las doctoras Rosario Marín, Felicia Marie Knaul Windish y María Julia Verde Star, mujeres que lograron contribuir a la construcción de una mejor sociedad desde muy diversas trincheras: la administración pública, la asistencia social y la academia.

“Padecer el cáncer de mama me ha permitido entender la insidiosa realidad de la discriminación y cómo eso frena a las mujeres en México; esta enfermedad sigue siendo la segunda causa de muerte de las mujeres mexicanas porque no se detecta a tiempo y es debido al estigma y al machismo, los verdaderos cánceres que afligen a este país, los cánceres sociales”, dijo la activista.



“No fue fácil Rosario, pero te puedo decir ahora que ya sé quién soy, soy una mujer que tiene su propia biblioteca, he escrito muchos libros, soy mamá de Lolita, otra mujer admirable; soy abuela de cuatro nietas y dos nietos y soy, hoy por hoy, galardonada con un premio otorgado por la UANL que lo dice todo: Flama, Vida y Mujer 2015. Esa era la buena noticia que te quería dar mi querida Rosario, gracias por haberme dado tanta luz, ojala hubiera muchas mujeres que te leyeran para sentirse por fin que sí existen”, dijo conmovida la escritora mexicana.
El Portal de Monterrey

