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Afectaría a ganado de NL prolongación de la sequía

Desarrollo Sustentable |

Las decisiones que se tomen en Nuevo León en un corto o mediano plazo por la falta de agua debido a los bajos niveles en las presas y la sequía que atraviesa la entidad podrían resultar drásticas si las condiciones climatológicas no presentan cambios, aseguró el investigador de la Universidad Autónoma de Nuevo León Edgar Vladimir Gutiérrez Castorena.

El profesor de la Facultad de Agronomía explica que conforme se siga extrayendo agua de los pozos subterráneos que ya han sido perforados en el área metropolitana de Monterrey y se vayan mermando y la lluvia no llegué, tanto el gobierno como la industria y la academia tendrán que tomar la decisión de restringir el agua a diversos sectores.

Esta respuesta afectaría directamente a una de las áreas primordiales de la economía del estado: el sistema pecuario.

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Efectos en el sistema pecuario

En Nuevo León, el 80 por ciento del área productiva es pecuaria, por lo que se requiere de pastizales que necesitan del recurso hídrico.

Por ello, el hecho de no tenerlo e implementar una política de conservación hacia estos cultivos podría generar un problema de desabasto de alimento para el ganado en el corto, mediano y largo plazo.

  • Corto plazo: la entidad no tiene aún agudos problemas de agua, ya que cuenta con el abasto de la hidrología subterránea para abastecer los cultivos.
  • Mediano plazo: si la sequía continúa, se presentarán fenómenos como la desertificación, compactación, salinización y la reactivación del suelo fértil se prolongaría con los consecuentes daños al sector pecuario.
  • Largo plazo: la agudización de la escasez de agua requerirá de medidas severas, costosas o que requieren de largo tiempo para su aplicación, como traerla desde regiones distantes (por ejemplo, el Río Pánuco).

“Si la sequía se prolonga, yo diría que en dos años estaríamos entrando definitivamente en crisis. Y al sobreexplotar los pozos, se tornará importante la decisión de abastecer de agua a la agricultura, la industria o la población, pero cualquiera que sea la decisión que se tome, se afectará al campo”, comentó Edgar Vladimir Gutiérrez Castorena, Investigador de la Universidad Autónoma de Nuevo León.

El especialista en edafología de la UANL también señala que los productores tendrán que tomar decisiones en el cambio de cultivo.

Por ejemplo, en Aramberri, el cultivo de ajo se detonó en los últimos años, y siendo que este consume gran cantidad de agua, será necesario hacer un cambio en su cultivo, ya que no será redituable para la población por la escasez del recurso hídrico.

“La decisión será qué cultivos sembrar y entonces los especialistas tendrán que decidir cuáles se adaptan a la región sin que se consuma demasiada agua”, agrega.

Asesora Agronomía a productores

De acuerdo con información de la Facultad de Agronomía, hace tres décadas, el 60 por ciento del manejo del recurso hídrico para el campo se daba mediante el agua rodada (a través de canales que la llevaban hasta las parcelas de cultivo o tanques de almacenamiento), sin embargo, hoy en día la tecnología para el riego ha cambiado.

Y en este sentido, la dependencia de la Universidad Autónoma de Nuevo León brinda desde hace varios años pláticas y estrategias a algunos grupos de productores sobre este tema.

Actualmente, algunos ya han realizado inversiones para cambiar a sistemas de riego que brindan una eficiencia del 90 por ciento.

“Si hacemos una cuantificación, anteriormente por cada litro por segundo que se extraía para el uso agrícola, normalmente se tenía la capacidad para regar una hectárea. Pero con estos nuevos sistemas de riego se puede abarcar hasta 1.4 hectáreas con la misma cantidad de agua, pero con mayor eficiencia”, dijo Edgar Vladimir Gutiérrez Castorena.

Huella hídrica

Este concepto es un indicador de la cantidad de agua que se utiliza en actividades diarias como preparar la comida, en los procesos industriales y en la generación de energía, así como la que se ensucia y contamina a través de estos procesos.

Valgan unos ejemplos para tener una idea de las cantidades de agua empleadas en acciones o productos que utilizamos habitualmente.

  • Para obtener un kilo de azúcar refinada de caña de azúcar se requieren alrededor de mil 500 litros de agua. La caña de azúcar consume alrededor de 220 mil millones de metros cúbicos de agua al año, lo que equivale al 3.4 por ciento del consumo mundial de agua para la producción agrícola.
  • Se consumen alrededor de 21 mil litros de agua para producir un kilo de café tostado. Para una taza normal, se requieren siete gramos de café tostado, por lo que una taza requiere 140 litros de agua.
  • La huella hídrica de una vaca (para producción de carne) es de 3 millones 100 mil litros de agua. En un sistema de producción industrial de carne, toma en promedio tres años antes de que el animal sea sacrificado para producir unos 200 kilos de carne deshuesada.

Fuente: Punto U | El Portal de Monterrey

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