Editorial |
Once Varas | Por: Obed Campos
“Cuando me muera, echadme a los perros. Ya estoy acostumbrado”
Diógenes
Sería de ciegos no ver que el partido franquicia de la familia López, Morena tuvo un gran avance en Nuevo León, pero tampoco hay que exagerar. Nada más de muestra le pongo las escasas curules del Congreso, 5, con las que se agenció la organización política del de Macuspana.
Y si se le hacen muchas las 5 diputaciones, le recuerdo que acá en Nuevo León tenemos una cámara legislativa con más de 40 miembros representantes de los partidos.
Traigo el tema a colación porque el exagerado de Waldo Fernández me recordó a mi tío el de Cerralvo, a quien le preguntaron que si los cocodrilos volaban y el contestó que sí, “pero muy bajito”.
Waldo Fernández y Judith Díaz, Senadores electos por Morena, salieron con la jalada de que su triunfo en Nuevo León “es un reflejo de que los ciudadanos quieren que llegue la 4T a la entidad”.
“A ver, a ver, a ver, vamos bajándole unas dos rayitas al volumen, porque la verdad es que los morenacos ganaron por una mínima diferencia a sus contendientes, tanto de MC como del PRIAN, ya que cada una de estas fórmulas terminó con un tercio de los votos emitidos, de suerte que el jolgorio de Fernández y Díaz es sólo alharaca, porque no responde a la realidad” escribió a ese respecto mi compadre Paco Tijerina.
Lo cierto es que nuestros políticos, los mexicanos, siguen siendo los mismos casi que de siempre: al menos son igualitos de 1920 para acá, y siguen utilizando el culto a la personalidad y el ego a todo lo que da… Y Waldo, salvo que salga con que es gachupín, es más mexicano que el nopal.
La exagerada situación me recordó a un alcalde de mi querido Allende, Nuevo León, que, antes de irse a su casa, (no porque quisiera, sino porque se le acabó el trienio) le cambió el nombre a un camino y le puso el suyo…
Cuando le preguntaron el porqué de esa decisión, contestó que “el pueblo se lo había pedido”. Yo me imaginaba a los 25 mil vecinos, “al pueblo en pleno”, tocándole la puerta y sacándolo de su casa en calzones a media noche para suplicarle que dejara su nombre a la avenida.
Las expresiones e imágenes vertidas en esta columna de opinión, son responsabilidad únicamente de su autor y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Portal de Monterrey