Por: Patricia Pedraza / Editorial
Hablando entre lenguas
Estadística y culturalmente es bien sabido que en los países latinos la lectura no es de sus pasatiempos favoritos sin embargo, los hispanounidenses se han encargado de cambiar esta imagen paulatinamente en Estados Unidos
En lo personal, siempre me ha gustado visitar ferias de libros, de hecho soy una presa fácil para estos eventos y el consumismo en estos menesteres.
Así he ido acumulando libros de todo género a lo largo de más de 20 años de una gran variedad de autores. En mi reciente visita a la feria del libro hispano en Houston quede totalmente sorprendida por la gran cantidad de autores latinos que exhibían sus obras literarias en su mayoría, totalmente en español.
Hubo algunos autores que tenían sus libros bilingües es decir su versión en español y su versión en ingles, por cierto muy bien escritas ambas versiones con un sello de calidad y excelencia.
Mi recorrido a través de las mesas de exhibición en esta feria del libro fue como un mini viaje cultural por Latinoamérica pues cada autor hablaba orgullosamente de su pieza literaria con acento argentino, salvadoreño, colombiano, venezolano, español, peruano, mexicano etc.
Sus obras narraban experiencias vividas en sus países de orígenes, otras obras eran poesías, ciencia ficción, incluso había libros con historias que fueron escritas sobre sus experiencias cruzando fronteras con destino a la ciudad espacial.
Durante mi mini viaje cultural por Latinoamérica también tuve acceso a las secciones infantiles y pude percibir el derroche de talento que existe en nuestra gente. Los libros escritos para niños por autores latinos de diferentes nacionalidades es verdaderamente una riqueza de diversidad cultural que solamente se puede apreciar y vivir en Estados Unidos.
Es verdad que los hispanounidenses hemos sido encasillados en la frase de, “el latino no lee”, pero les comparto orgullosamente que esta imagen se esfuma poco a poco porque hemos aprendido a adaptarnos al cambio y hemos adoptado nuevas y positivas costumbres.
Es cierto que fuimos criados a no agarrar un libro ni siquiera para ir al baño y mucho menos tener la rutina de leerles a nuestros hijos un libro antes de dormir pues eso ya ha cambiando en un gran porcentaje de los hispanos-latinos que vivimos fuera de nuestros países de origen y mas concretamente en los Estados Unidos. Así es, hemos adoptado el “a donde fueres, haced lo que vieres” y lo hemos encauzado muy positivamente.
De hecho el Censo del 2000 arrojó una cifra muy interesante y motivadora de lectores en español que los grupos editoriales ni tardos ni perezosos empezaron a promover aun mas la lectura a nivel hispano y no solo eso sino que sembraron la semilla en los hispanounidense de convertirse en autores de sus propios libros. El inteligente no lo pensó dos veces y fue así como el mercado para el libro hispano se ha ido madurando desde entonces.
En un artículo publicado en Nueva York se informo que de todas las publicaciones de libros en el 2010, un 30-35 % corresponde a libros publicados en español y por autores cien por ciento latinos. ¡Eso es un verdadero orgullo para nuestra lengua!
Dicen que las tres cosas que todo ser humano debe hacer en su estancia en esta vida son tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro; creo que estas ya están cumplidas por muchos de los nuestros en la Unión Americana. Ellos son dignos representantes y embajadores de nuestra cultura hispana. Leer es cultura… gracias por leernos.
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