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Bajar de peso no depende de excederse en costos por dietas

Salud /

Aunque el cuidado de un peso ideal depende en gran medida de tomar conciencia sobre los hábitos alimenticios, existe una “industria” emergente de programas nutricionales, productos y suplementos costosos que hacen que las dietas se conviertan en experiencias un tanto o totalmente inaccesible para estratos sociales bajos.

En el marco del Día Mundial de la Alimentación, a celebrarse este 16 de octubre, Concepción Vázquez Pérez, profesora adjunta de la Universidad de Monterrey, reconoció que en el país se lucha en la promoción de una cultura hacia el autocuidado de la salud y de mantenerse informados por fuentes confiables con bases científicas.

Sin embargo, advirtió que también se hace mucha inversión en mercadotecnia para promover productos, alimentos y suplementos costosos, beneficiándose de la necesidad de bajar de peso.

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“Si a esto le agregamos las redes sociales, en donde circula todo tipo de mala información, se vuelve difícil que la población en general pueda saber y entender que, por ejemplo, esas proteínas se encuentran en diversos alimentos, tanto de origen animal como vegetal, y no necesariamente solo en esos enormes y costosos botes de polvos”, expuso.

Adicionalmente, el producto de una determinada marca ofrece al consumidor la idea de que puede proporcionarle un cierto “estatus”, lo que también sucede con múltiples alimentos de importación, según la profesora de la Licenciatura en Nutrición de la UDEM: “en fin, esto se vuelve multifactorial y complejo”.

La nutrióloga explicó que la normatividad en México establece que una dieta es el conjunto de alimentos y platillos que se consumen cada día, pero también establece que una dieta correcta es la que cumple con las siguientes características: completa, equilibrada, inocua, suficiente, variada y adecuada.

Correcta y económica

Vázquez Pérez estableció que la alimentación es completa cuando contiene todos los nutrimentos, para lo cual se recomienda incluir en cada comida alimentos de los tres grupos: frutas y verduras, cereales y alimentos de origen animal.

Una alimentación equilibrada significa que los nutrimentos guarden las proporciones apropiadas entre sí –que ese porcentaje no sea muy alto en algún nutrimento, como las grasas o los hidratos de carbono–, mientras que es inocua cuando su consumo habitual no implique riesgos para la salud porque está exenta de microrganismos patógenos, toxinas y contaminantes.

Suficiente implica que cubra las necesidades de todos los nutrimentos, de acuerdo con la edad de la persona; variada quiere decir que, de una comida a otra, incluya alimentos diferentes de cada grupo y adecuada, que esté acorde con los gustos y la cultura de quien la consume y ajustada a sus recursos económicos, sin que ello signifique que se deban sacrificar sus otras características.

Agua, sueño y ejercicio

Vázquez Pérez afirmó que hay muchos hábitos saludables a considerar y que se pueden llevar a la par de una alimentación saludable, como el consumo de agua simple potable, respetar las horas de sueño y hacer ejercicio.

“Aunque pareciera muy sencilla la recomendación (de tomar agua), tenemos muchos años dedicándonos a la práctica clínica y resulta increíble que muchas personas no tomen agua natural”, reveló.

Respecto a la calidad del sueño, señaló que hay estudios documentados sobre la forma en que se afecta todo el organismo y no solo el estado nutricional.

Otra de las prácticas comunes para bajar de peso es el consumo de suplementos alimenticios; sin embargo, la mayor parte de la población no toma en cuenta que deben usarse bajo vigilancia médica para saber el tiempo y las dosis de los macro- o micronutrientes a suplir.

“Es necesario siempre dirigir nuestras acciones e intervenciones en un primer nivel de atención, en donde mucho tiene que ver la prevención y la promoción a la salud, es decir, si la ingesta de la dieta diaria cumple con lo que establece la normatividad en cuanto a la dieta correcta; en ese sentido, no habría necesidad de la suplementación”, sostuvo. 

Sin embargo, en caso de presentarse algún problema de salud, como anemia, estreñimiento o desnutrición, la profesora de la UDEM advirtió que sería necesario auxiliarse de esa suplementación para salir más pronto de la enfermedad, pero siempre con la consulta del nutriólogo. 

Redacción / El Portal de Monterrey

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