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En la actualidad en donde las múltiples ocupaciones, actividades, obtención de resultados, asuntos familiares y económicos entre muchas otras cosas más, y que están presentes a la orden del día, uno de los factores que más afecta a las personas es el estrés laboral.
El psicólogo Víctor Ibarra González plantea que un mal ambiente laboral es una oportunidad para realizar cambios en las dinámicas de trabajo. Factores como la ubicación geográfica de la empresa, la dinámica de trabajo y los jefes son los principales que pueden desencadenar un mal ambiente laboral.
De acuerdo con el jefe del Departamento de Psicología Social y Laboral de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), Víctor Ibarra González, una queja de un empleado sobre una situación o un compañero es suficiente para que se encienda un foco de alerta y atender cierta problemática.
“Si en la empresa hay 100 trabajadores y uno solo se queja de algo o alguien, hay que poner atención. Cuando esto pasa los jefes o líderes tienen que entender que existe una dolencia o un área de oportunidad en la organización.
“Ya que se haya detectado la problemática, entonces pueden pedir apoyo a un consultor externo del ramo laboral para que realice un diagnóstico de lo que pasa e implementar estrategias de cambio. Es importante que los altos mandos estén involucrados en el cambio, porque si no, la situación no cambiará nada”, amplió el especialista de la Facultad de Psicología de la UANL.
Existen tres factores que inciden en un mal ambiente laboral: La ubicación geográfica de la empresa: si está situada en una zona conflictiva o aislada, el traslado de los trabajadores para llegar a ella puede generarles tensión, la dinámica de trabajo: aquí entra en juego el trato que se brinda entre jefes y trabajadores o entre el mismo grupo de empleados, ya que puede haber fricción entre ellos y el Jefe, esta persona puede generar tensión en los trabajadores si es demasiado crítica con los empleados, puesto que pueden sentirse agobiados.
¿Cómo impacta en los trabajadores un ambiente de trabajo adverso?
ESTRÉS: puede ser psicológico, cuando el empleado pierde el interés por el trabajo, desencadenándose fatiga laboral, ausencia, rotación y falta en el cumplimiento de los objetivos. También puede ser fisiológico, con la presencia de insomnio, adicción al tabaco o al alcohol. Asimismo, esta problemática afecta al entorno familiar y las relaciones sociales del empleado.
CARGA MENTAL: los empleados están saturados mentalmente y pierden la satisfacción por sus actividades laborales. Se descuida el compromiso de seguir en el trabajo.
ACOSO LABORAL: esta situación es más grave debido a que los acosadores buscan destruir mentalmente a la víctima empezando por rumores como “ya no trabaja bien”, “no lo quiere hacer”, “le va mal”, entre otros. Este rumor se convierte en “verdad” (chisme) cuando no es cierto, y a partir de aquí la víctima no sabe cómo actuar debido a que no conoce qué está pasando. Si esta problemática no se atiende de inmediato, lo más sano es que el empleado acosado renuncie a su trabajo, o lo más grave, que entre en depresión e intente suicidarse o lo haga.
¿Cómo debe ser el trato en el ámbito laboral?
“Lo ideal es que sea equitativo, es decir, por un lado hay que cumplir los objetivos de la mano de los trabajadores, pero darles cierta libertad para que los logren, en donde puedan ir a su ritmo, a su modo, siempre y cuando se cumplan las reglas y las políticas de la empresa.
“Por otro lado, que los empleados desarrollen la creatividad, que se sientan libres y plenos en su trabajo y busquen una satisfacción, ya que, al lograr esto, va a mejorar un clima laboral de manera positiva”, puntualizó Ibarra González.
Existen dos grandes diferencias entre el ser un líder y un jefe; el líder está al tanto de cómo se están logrando los objetivos y se involucra en lo que pasa entre los trabajadores, mientras que al jefe solo le interesa cumplir con los objetivos trazados y evita saber qué es lo que pasa en el equipo de trabajo.
6 pasos para hacer un diagnóstico del ambiente laboral:
- Detectar una dolencia o un área de oportunidad en la organización.
- Revisar la estructura del espacio de trabajo, es decir, si hay mucho ruido, la temperatura ambiente, la luz, entre otros factores.
- Saber qué tan motivados, satisfechos e involucrados en los procesos están los trabajadores.
- Conocer las características de los trabajadores, esto es, contemplar si la mayoría son padres de familia, son jóvenes o personas adultas.
- Buscar a un consultor externo del ramo laboral para realizar un diagnóstico.
- Compartir los resultados con los jefes, líderes y trabajadores para implementar estrategias de cambio.
¿Cómo fomentar un buen ambiente laboral?
- Evitar imponer un cambio, porque se daría a la fuerza.
- Tener apertura entre jefes, empleados y organización. La relación tiene que ser cercana. Los trabajadores tienen derecho al diálogo y ser escuchados por sus superiores y viceversa.
- Que haya flexibilidad. Por ejemplo, si en una empresa el 60 o 70 por ciento de los trabajadores son madres, brindarles la oportunidad de que dejen a sus hijos en la guardería o escuela.
- Los jefes o líderes siempre tienen que estar al pendiente de todo lo que pasa en la empresa o departamento, para que cualquier problemática que surja la atiendan de inmediato.
- Fomentar la participación entre los empleados. Es importante involucrarlos en los procesos de trabajo para que se sientan partícipes y con pertenencia a la empresa. Los mejores cambios vienen de los empleados que están en el día a día en los procesos y son los que van a afinar su área de trabajo.
- Cada seis meses o una vez al año, llevar al equipo de trabajo a un día de campo para realizar actividades de reconocimiento entre ellos, tanto de actividades laborales como personales. Se recomienda formar grupos que generalmente no interactúan entre ellos. Ahí se podrá detectar qué han hecho bien o mal para afectar a otros compañeros.
Redacción / El Portal de Monterrey